¡Es política! exclamó con tono natural un campesino que veía cómo se reunían sus vecinos en torno al salón de usos múltiples en espera de los candidatos.
Un día antes y por la mañana del citado día, representantes del partido en mención, habían recorrido casa por casa la comunidad para invitar a recibir a los abanderados, escuchar sus propuestas y hacer compromisos.
Llegó la hora esperada, el júbilo y la algarabía de los simpatizantes se notaba a simple vista, en el comité se reunieron principalmente mujeres y niños, a una distancia considerable y bajo las ramas de los mezquites cercanos, los hombres, quienes observan detenidamente la llegada de la comitiva.
Sin detalle alguno, las personas se acercaron a los visitantes, les dieron la bienvenida y prestaron atención a su mensaje; hubo fotos, transmisiones y videos, no faltaron las gorras, playeras, morrales y utilitarios, convivieron, se despidieron, subieron a sus vehículos y se fueron.
De esta manera, semana tras semana, por los ejidos y rancherías, desfilaron personas para hacer campaña y pedir el voto en favor de las diferentes candidatas y candidatos a los diversos puestos de elección popular; en algunas de sus fotografías, seguramente pudieron apreciar que los rostros de la gente buena del campo eran los mismos que acudieron con todos. Muy sencilla la razón, pocas veces nos visitan.
Escuchamos promesas de campaña, como: el arreglo de caminos, arreglos de espacios públicos como la plaza, huertos familiares, el apoyo a las mujeres y jóvenes, subsidios a los agricultores, mejores condiciones para los ganaderos, medicinas, aparatos funcionales, gestiones y más gestiones; en resumidas cuentas, todos coincidieron en darle más campo al campo.
De esta manera, están por concluir los intensos días de campaña; ya no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue, por lo que a la vuelta de la esquina tenemos el día de la elección.
La fecha tan esperada, donde los ciudadanos habremos de cumplir con la responsabilidad cívica de votar.
Sea cual sea la decisión que tomemos, vayamos a votar, siempre será la mejor manera de buscar que las condiciones mejoren.
Y volviendo a la gira rural de la política: entonces aquel campesino, que observaba con atención a lo lejos el mitin del candidato en su ejido, se quitó el sombrero como símbolo de respeto cuando la camioneta pasaba frente a él en su retirada, levantó la mano, le hizo una señal y le pidió que lo atendiera, él candidato accedió de buena manera y escuchó.
“Señor candidato, me cuadra su discurso, lo escuché con atención, le dijo cuando lo miraba a sus ojos con un gesto de cansancio, al tiempo que con su pañuelo rojo secaba el sudor de su frente, lo único que le quiero pedir por toda esta gente, es que, si Usted gana, regrese por favor”.
Este es el sentimiento general en el campo, candidatas y candidatos van y vienen, pero primero vayamos a la jornada electoral el domingo 2 de junio y después, esperemos que en el gobierno que viene, regresen y se cumpla el anhelo del campesino.
Hasta la próxima.