Más allá de la resolución dictada por la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ordenando que los magistrados del Tribunal Electoral del Estado de Tamaulipas (Trieltam) se pronunciaran sobre el incidente presentado por el PAN, y cuyo fondo era que este partido político asumiera nuevamente la autoridad máxima del Congreso del Estado, la sociedad sólo observa —pasmada— las intentonas ya no de repartirse el poder sino de arrebatárselo.
Las estratagemas que buscan dejar de lado (sin poder político) al grupo parlamentario de Morena, hoy en control de ese poder legislativo, se traducen y deben verse quizá no como un fracaso total de ese órgano colegiado, pero sí de una mediocridad que a las y los tamaulipecos les resulta cada vez más costosa sufragar sin resultados que los beneficien.
Es decir, pagan y sostienen los gastos personales de 36 diputados, pero reciben a cambio muy poco, o nada.
Esa es la imagen, en principio, que ofrecen, para empezar, los diputados que encabeza Félix Fernando García Aguiar, de la bancada del PAN, y en menor proporción Úrsula Salazar Mojica que a la defensiva siempre ha tenido a la representación de Morena al filo de la navaja.
Esa imagen que ofrecen los legisladores, discutiendo y enfrentándose siempre (incluso en forma violenta) respecto a quienes deberían ser los que deban controlar democrática y jurídicamente al Congreso Local, ha generado un deterioro tal que dejó muy lejos aquella frase de bienvenida, precisamente acuñada por los morenistas, que decía que el Congreso era la Casa de los Tamaulipecos.
Hoy ese edificio se ha convertido en una zona de temores y peligros, como de conspiraciones, además de ser ahora una caja de resonancia electoral que debiendo ser toda una demostración de talento político para el 2024, dándole honor a un oficio tan importante, sólo se ha convertido en una cámara donde todo lo que emerja de ahí garantiza malos resultados.
De hecho, obsérvese cómo de 36 legisladores que constituyen el Congreso sólo dos o tres figuras son las que destacan. ¿A qué se dedican más de 30 diputados?
¿Tal vez sean tan anónimos porque están inmersos capacitándose en temas legales, económicos, sociales y culturales? ¿O simplemente no destaquen casi en nada por sus limitadas experiencias, capacidades y talentos?
ELECTOS PARA EL CONFLICTO, LA ESTRIDENCIA Y LA CONSIGNA
Por razones políticas, los partidos y las autoridades electorales han pasado por alto que todo individuo que aspire a un cargo de elección popular tenga entre sus cualidades y virtudes una mentalidad probada, de que llegando al poder represente a la sociedad en su conjunto.
El 2024 tiene ese desafío: romper con esos desequilibrios y carencias de congresos locales y federales cuyo estancamiento ya hubiese sido muy señalado en el sector privado, pues la impresión radica en que sólo son electos para el conflicto y la estridencia, además de recibir consignas.
¿Qué sigue ahora en el Congreso de Tamaulipas? ¿Otro procedimiento político y judicial, tortuoso y farragoso, dirigido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de ahí hasta la nada cuyo extremo en el futuro deje en blanco o en vergüenza este episodio histórico?
Espero que la gente no se confunda pensando que todo esto que ocurre en el Congreso de Tamaulipas tenga que ver con el pluralismo político.
Y si bien ha sido necesario poner las cosas en claro a fin de precisar quienes deban tener el control por ser mayoría, ya hay ahí un descontrol que ya casi no recuerda a quien se debe, y que como electores esperan la mejor productividad legislativa que les reconozca un mejor nivel de vida.
LA UAT MERECE UN APLAUSO DE LA CIUDADANÍA
Muy acertado y oportuno el apoyo que el rector Guillermo Mendoza Cavazos ha establecido a través de los Círculos de Desarrollo Infantil, brindando atención de calidad a los pequeños hijos de estudiantes padres y madres de familia, mediante el servicio de guardería y educación preescolar, mientras los jóvenes padres toman clases en las diferentes dependencias académicas de la UAT. Una prestación que merece el aplauso de la ciudadanía.
¡Feliz fin de semana!
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