diciembre 15, 2024
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Claudia Vázquez Andrade

El costo de un aumento

octubre 3, 2023 | 313 vistas

Sobre aviso no hay engaño, así que la primera intentona de los concesionarios del transporte urbano de la capital de Tamaulipas, de incrementar el costo del pasaje, de nueve a once pesos, fue echada abajo con el decomiso de las unidades que implementaron el aumento sin la autorización correspondiente.

Así, que, en una reacción inmediata a la acción de los llamados microbuseros que pretendían rebasar a la Subsecretaria del Transporte del Estado, se implementó un operativo y se recogieron algunas unidades que tenían las pintas de la nueva tarifa.

Así que, como sanción a la infracción cometida, los propietarios de estos micros tendrán que pagar una multa de 45 UMAS, lo que equivale a cinco mil pesos, para poder recuperar el vehículo.

Pero, además; la autoridad estatal fue claro al advertir a estos empresarios del transporte urbano y al resto de sus compañeros, que de reincidir podrían perder la concesión de la unidad.

La verdad es que este sector productivo requiere de un incremento para mantener redituable su actividad, sin embargo, no es tomando una determinación unilateral como van a lograr el objetivo.

Tendrán que recurrir a la negociación y conciliación, y a través de demostrar la situación por la que atraviesan, se establezca un incremento moderado que beneficie al concesionario y no afecta tanto al usuario.

Los puntos de equilibrio se tienen que establecer, porque si bien es cierto tienen alrededor de ocho años que no se le autoriza un aumento a la tarifa de su servicio, también es cierto que no han cumplido con los compromisos contraídos en el pasado.

Basta recordar el último aumento que se autorizó en tiempos de Egidio Torre, y fue de dos pesos, con el compromiso de mejorar las condiciones de las unidades, pero eso nunca ocurrió, al grado que hoy la mayoría se encuentra en condiciones deplorables, algunas en tiempos de lluvia, el usuario se moja más adentro que afuera, o sus pisos son un peligro para el pasajero por los hoyos que tienen.

En pocas palabras, la mayoría de los microbuses son prácticamente yonques, y tendrían que ser sustituidos por nuevas unidades.

Y es aquí, en donde a través del dialogo y la concertación, los concesionarios pudieran lograr apoyos del gobierno estatal para adquirir nuevos microbuses a través de créditos o fideicomisos.

Dicen que lo cortés, no quita lo valiente, pero además se tendrá que entender que el poder difícilmente puede ser rebasado, y cuando eso sucede, al final, termina aplicándose a plenitud.

 

LA ÚLTIMA.

Dicen que en la vida lo que no descubre el agua, lo descubre el tiempo, reza un refrán popular, y generalmente así es, pero en política no funciona así, en esta actividad se necesita voluntad del poder en turno, y es por eso, en el caso de la Fiscalía Especializada para el combate a la Corrupción, lo que está aflorando es resultado de las auditorias que está realizando el encargado de despacho Jesús Eduardo Govea Orozco.

De entrada, se dice que el llamado fiscal carnal, Raúl Ramírez Castañeda “escondía” 400 expedientes, entre ellos el casi olvidado ex alcalde de Victoria, Xicoténcatl González Uresti.

Y claro que este “hallazgo” es música para los oídos de los Tamaulipecos, sobre todo para los victorenses que les tocó vivir de cerca los excesos del cabecismo.

De ahí que, quizás la mayoría de los ciudadanos esperan que finalmente los ex funcionarios panistas acusados públicamente de malversar recursos y que abusaron del poder, sean llamados a cuentas y castigados. Incluso hay demandas públicas de recuperar lo que se hayan llevado, si fuera el caso.

De ahí que Govea Orozco, estará en el ojo del huracán, porque las expectativas sobre sus resultados son muy altas.

Por lo pronto, el encargado de la fiscalía anticorrupción ya encontró 400 expedientes que solo será cuestión de tiempo para que se judicialicen los que procedan, pero además, le anda buscando dueño a una serie de bienes de los cuales no hay registro ni tampoco están inventariados en la misma fiscalía.

En pocas palabras el trabajo no se ha concluido, pero si debe tener fecha de caducidad… porque la tolerancia se convierte en complicidad.

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