La crisis del agua en Tamaulipas ya alcanzó grado de desastre. En algunas zonas están a punto de llegar al Día Cero.
Era una situación previsible. Ni siquiera se requería ser un experto para anticipar el hecho.
Sin embargo, desde el ámbito oficial desdeñaron el riesgo. Lo minimizaron y por lo tanto no previeron alternativas para enfrentar una contingencia.
Aquí lo advertimos en varias ocasiones. Porque lo habíamos consultado con algunos extitulares de la Conagua en Tamaulipas, sabíamos que podría llegar el día en que no hubiera de donde obtener agua para lo más elemental.
Por eso nuestra insistencia, que en algunas veces mereció descalificaciones. Hubo quienes nos acusaron de catastrofistas. Otros, los más duros, nos llamaron ignorantes.
Pero hoy las consecuencias están a la vista. Quienes más las sufren son quienes habitan la zona metropolitana del sur del estado. El sistema lagunario que abastece de agua a la zona se quedó prácticamente seco.
Tampiqueños, maderenses y altamirenses, sufren una pesadilla sin precedentes por la falta de agua. Están a un paso del llamado Día Cero.
La escasa agua que tienen las lagunas se está distribuyendo mediante el sistema de tandeo. Pero la población está entrando en pánico.
Las familias se están obligando a prácticas extremas para economizar el poco líquido del que disponen.
“Estamos cuidando hasta el agua del sanitario. Hemos tenido que comenzar a guardar el agua de los aires acondicionados. Es una situación de miedo porque nos han dicho que las cosas van a empeorar hasta en tanto no llueva”, me cuenta, angustiada, Carmen, una amiga residente de Tampico.
Las expendedoras de agua purificada no se dan abasto. El miedo está llevando a muchas familias a acopiar garrafones.
Las mismas autoridades están desesperadas. La semana pasada, la Conagua anunció que “inyectará” al sistema lagunario agua de los ríos del municipio de Mante.
Pero, ¿alcanzará para resolver la crisis?
Otra ciudad que está a punto de llegar a la misma condición es Victoria. La presa “Vicente Guerrero”, su principal fuente de abasto está apenas a un ocho por ciento de su capacidad.
La Conagua terquea en que la presa tiene agua para abastecer dos años más a la capital, pero especialistas en temas hidráulicos la contradicen y alertan también sobre el Día Cero.
No es fantasía. No es alarmismo. Se trata de ver las cosas como son.
Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿Qué van a hacer los gobiernos el día que se llegue el Día Cero? Ojalá haya alguien que responda.
Las coincidencias entre expertos son que, aunque costosísima la solución de fondo a la crisis hídrica es desalinizar el agua del mar para abastecer a las ciudades.
Afortunadamente, Tamaulipas tiene el mar a la mano. Lo que falta es que los gobiernos se decidan a invertir. Ojalá no se tarden.
EL RESTO
“CHAPULIN” HÍBRIDO.- Está por concluir el periodo de tres años de la 65 legislatura y el diputado, Ángel Covarrubias, se la vivió en la indefinición.
Dicho en otras palabras, se la ha pasado cometiendo un fraude a la ley.
Resulta que el legislador obtuvo su curul bajo el cobijo del PAN, pero en el trayecto de la legislatura, por conveniencias y acuerdos partidistas, se brincó al PRI para que este alcanzara a integrar un grupo parlamentario.
Sin embargo, en los hechos Covarrubias es más panista que cualquier otro diputado que integra ese grupo parlamentario.
Es una especie de “chapulín” híbrido.
ASI ANDAN LAS COSAS.