La verdadera esencia del periodismo es contar las historias de las personas que no tienen voz: Richard Kapuscinski.
Estoy otra vez frente a la hoja en blanco, como cada semana, para pergeñar estas líneas y tratando de recordar la primera ocasión que escribí para EL DIARIO de Ciudad Victoria. Fue en el año 2000, según registra mi memoria, después de una atenta invitación de don Juan Guerrero Villarreal, un hombre sobrio, honesto y respetuoso, entonces director del periódico y alguna vez protagonista de la vida política de Tamaulipas. La verdad, nunca me propuse este quehacer periodístico, pero la oportunidad se generó y con diversas emociones dentro, empecé a escribir, sin imaginar que esta gozosa colaboración, la cual años después titulé “El jardín de la libertad”, duraría tanto tiempo. Veinticinco años ya en este 2025 cuando el periódico cumple setenta de haber iniciado su ciclo informativo.
Setenta años en circulación. Se dice rápido, pero hay mucha historia detrás. El periódico más longevo de nuestra Ciudad y uno de los medios con mayor tradición en Tamaulipas. Y no es nada fácil permanecer, menos cuando el mundo ha cambiado y la comunicación se mueve ahora de forma vertiginosa. Fundado en 1955 por un grupo de emprendedores, en las páginas de este periódico se ha relatado el paso de trece gobernantes de la entidad. Pero especialmente en las notas de EL DIARIO, podemos asomarnos a la vida de nuestra comunidad, sus habitantes, sus problemas, sus anhelos, las formas de vida que nos definen. En ello radica la importancia de un medio de comunicación; en la posibilidad de encontrar entre sus páginas las historias de una localidad.
Para los historiadores, los periódicos son una fuente importante de información en la investigación. En su lectura podemos encontrar datos y análisis que nos permiten atisbar e interpretar a los personajes y la sociedad. En ese contexto, resulta fundamental destacar la conservación de la hemeroteca de este Diario desde su fundación y el significativo trabajo actual de digitalización emprendido por sus directivos. Un acervo de enorme valor, al cual he accedido en diversas ocasiones para buscar información como historiadora. Recuerdo especialmente mi indagación acerca de los terribles acontecimientos del ejido Yerbabuena en el año 1963, así como mis búsquedas acerca de la trayectoria de la ilustre Amalia González Caballero y del trabajo asistencial de algunas esposas de gobernadores tamaulipecos.
Otra de las vertientes importantes de EL DIARIO desde su fundación ha sido la inclusión de voces diversas y plurales de periodistas y literatos. Cuando llegué a Victoria, hace más de cuatro décadas, (ufff, el tiempo vuela), compraba el periódico en papel y me gozaba leyendo algunos escritores inolvidables, muchos de ellos ya fallecidos. Mientras escribo, reflexiono en la importancia de expresar aquí nuestras opiniones, nuestro modo de ver el mundo y su gente. Cuando empecé a escribir, no tenía mucha idea de cuáles serían los temas elegidos para compartir con ustedes. Pero con los años, las cosas fueron fluyendo y los temas apasionantes para mí son tantos que siempre falta tiempo y espacio. Escribir estas letras de historia, política, cultura, naturaleza; pero sobre todo de la gente de mi ciudad y estado; ha sido uno de los ejercicios más significativos de vida. Un quehacer realizado por placer, con responsabilidad y cuando se requiere, con espíritu crítico; pero siempre con respeto. Y por el que nunca nadie me ha pagado un peso por elogio ni golpe alguno. 25 años después, sigo sintiendo la misma emoción al imaginar a mis lectores, a ustedes por quienes escribo estas letras.
Muchas han sido mis vivencias con estos textos en EL DIARIO de Victoria. Algunas entrañables como cuando una señora a quien no conocía, se me acercó en un restaurante y me dijo que recortaba y guardaba mis escritos. En mi mente y corazón, cada una de las gratificantes llamadas y comentarios de personas que se han tomado el tiempo de leerme. Agradezco igualmente a los directivos, quienes siempre han sido respetuosos con este Jardín de la libertad. A todos los directores y demás personal con quienes he interactuado, mi agradecimiento por su gentileza. En especial muchas gracias al Director General, a mi amigo Pepe Cárdenas por el espacio y por todas las atenciones recibidas durante estos años.
EL DIARIO DE Victoria cumple hoy setenta años y celebro estar todavía tecleando para sus páginas después de veinticinco primaveras. Ojalá éste jardín pueda seguir reflejando mi amor profundo por Tamaulipas y por su gente. Larga vida para EL DIARIO de Ciudad Victoria. Felicidades y gracias a todos quienes lo construyen cada día.