La cuarta transformación en México no afloja el paso ni con el cambio de poderes, de tal forma, que en lo inmediato, quienes tienen la mayor carga de trabajo son los legisladores federales de ambas cámaras, es decir; diputados y senadores, pues la veintena, bueno, 19 iniciativas presentadas por el aún presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, deben ser analizadas y obvio aprobadas en pleno.
La polémica por lo que significan muchas de estas reformas, ha provocado, como es normal, opiniones divididas, sobre todo por parte de aquellos personajes que se verán afectados, como es el caso del Poder Judicial Federal.
Pero muy seguramente las opiniones encontradas continuarán en cada una de estas iniciativas una vez que una, a una sean llevadas a comisiones, con todo y que AMLO ya no tendrá poder alguno.
Claro que la presidenta electa Claudia Sheinbaum, tendrá la última palabra una vez ungida en el poder, y se espera que enriquezca o modifique algunas de ellas para que el impacto social, sobre todo en cuanto a la base trabajadora, el impacto negativo sea el menor.
Obvio que las expectativas sobre la primera presidenta del país son muy altas, desde mantener el nivel de popularidad y aceptación de su antecesor, hasta mantener esa capacidad para manejar los aspectos políticos.
Pero, sobre todo, se espera que la iniciativa número 20 que pausó ella misma, la Reforma Electoral, una vez que sea enviada al Poder Legislativo, le dé legitimidad e independencia real a ambas cámaras.
Y eso solo se puede lograr evitando que haya mayoría calificada para el poder en turno, si bien es cierto que fue herencia del pasado para lograr el poder absoluto, también es cierto que es tiempo de devolver la independencia a cada poder.
La transformación debe ser total y real, de tal manera que los poderes sean los contrapesos unos de otros para que no haya abuso en ninguno de ellos.
Y con ello, volver a la esencia de la política… por eso, la política fue considerada un arte… y no la oportunidad para enriquecerse, y menos para el ejercicio indebido del poder…