Este es el Punto por Punto en su versión de fin de semana, es decir, el de los relatos, recuerdos y anécdotas.
Hoy les voy a contar una historia en donde se involucra la recién fallecida Talina Fernández y Joaquín López-Dóriga.
Me contaba mi padre, que en algunas ocasiones, cuando regresaban a la Ciudad de México después de una gira presidencial, un autobús llevaba al pool de prensa y a los periodistas que cubrían la fuente, del Hangar Presidencial a Los Pinos.
Luego de que los reporteros redactaban su nota en la sala de prensa, algunos se iban a una cantina cercana allí que se llamaba “El Colonial”.
Ya no existe. Yo cuando trabajé de free lance, llegué a ir, era más que cantina, un bar. El ambiente era bueno y había cordialidad.
Bueno. Muchos periodistas y los del pool de prensa se iban a echarse un trago antes de marcharse a casa.
Algunos le seguían de largo.
Cuando eso sucedía, se ponían a jugar dominó.
Mi papá era buenísimo para ese juego.
¿Y saben quién también?
Sí. Talina Fernández. Ella cubría la fuente y cuando tenía ganas y tiempo le decía a mi papá: “¿Qué, mi Zapatita, los zapateamos?”. Con eso le quería decir que hicieran pareja.
En el ambiente del dominó, cuando una pareja deja en ceros al contrincante se dice: “zapato” o “les hicimos zapato”.
Y se aventaban horas jugando.
Entre juego y juego; entre tequila y tequila, se pasaban las horas.
Pero también platicaban mucho.
Cada vez que alguien se refería a Talina Fernández como “la dama del buen decir”, mi papá hacía corajes.
“¿Por qué le dicen así, si es bien mal hablada?”, cuestionaba.
Y ya después platicaba que no solo lo decía porque dijera groserías, sino porque era “pelada”, contaba.
“Nos los cogimos, Zapatita”. “Se las metimos, Zapatita”, y expresiones como de ese tipo, cuando ganaban una partida de dominó.
No hicieron gran amistad Talina y mi papá. Su relación fue solo para ser pareja en el dominó en algunas ocasiones, y desde luego, la chamba diaria en eventos y giras.
A esas juergas en “El Colonial” iba también López-Dóriga, a veces jugaba dominó, aunque no era muy bueno. Mi papá nunca quiso hacer pareja con él.
Pero Joaquín le entraba fuerte y sabroso al tequila, sobre todo al blanco. Es ahí en donde hizo buenas migas con Manuel Zapata, porque también solo tomaba tequila blanco.
Mi papá solía decir “vamos a echarnos un pajuelazo, jijuela”. Y Dóriga se lo repetía: “Zapatón, un pajuelazo, jijuela… pero con tequila blanco, porque solo tú lo tomas”.
El ambiente en la fuente presidencial y con el pool de prensa del Presidente es diferente. Hay una adrenalina peculiar. Las giras saben a otra cosa.
Y bueno, esas anécdotas las relataba mi papá, y ah cómo me divertían.
EN CINCO PALABRAS.- Ahora ya ni giras hay.
PUNTO FINAL.- “La soledad es buena compañera, siempre y cuando te lleves bien con ella”. Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata