Ma. Teresa Medina Marroquín
SE VIVE EN LA CRESTA MÁS ALTA DE LAS VERGÜENZAS HISTÓRICAS DE LOS ÚLTIMOS CIEN AÑOS
CLAUDIA SHEINBAUM INSISTE EN UN MARCO DE COLABORACIÓN Y NO DE SUBORDINACIÓN
Mucho se dice en medios y redes sociales que los escándalos barnizados de “política” y cuyos efectos dan la impresión de ser apocalípticos, y van más allá de las fronteras geográficas y abarcan enormes intereses desplegados desde Washington y la Ciudad de México, aún no han llegado ni al mínimo de sus corolarios, causas y efectos, que vengan verdaderamente a alarmar a las poblaciones americanas y mexicanas.
¿Es correcta esta afirmación? Pues a estas alturas donde los niveles de confusión están en la cresta más alta de las vergüenzas históricas de los últimos cien años, podría ser así.
Ya no se sabe, en primer lugar, quiénes son los buenos y quiénes son los malos de esta película que ha enfermado de la más grave depresión a la ciudadanía de ambas naciones.
Por un lado, tenemos a un Donald Trump, que dando la impresión de tener las pruebas en su poder, acusa al gobierno mexicano de graves delitos.
Mientras que la contraparte mexicana, encabezada por Claudia Sheinbaum replica que una gran parte de la delincuencia organizada se gesta a partir del territorio estadunidense. ¿Quién tiene la razón y la verdad?
Para empezar, habría que reconocer que la Presidenta de México no ha dejado de insistir en que las dos naciones deben trabajar en un marco de colaboración y no de subordinación, a fin de combatir y resolver la gravedad de todo cuanto ocurre.
Y tiene razón. Pues nadie que esté encima de estos escenarios donde se genera tanto delito, empezando por las respectivas clases políticas, pueden alegar inocencia.
SI LOS PUEBLOS SUPIERAN LO QUE OCURRE, LAS MANIFESTACIONES SERÍAN INCONTENIBLES
Juzgados, también para empezar, por dos sociedades, la mexicana y la americana, que no sólo nada tienen qué ver con la magnitud de la corrupción infernal, sino que si lo supieran al cien por ciento ya se habrían dado en las calles de México y de Estados Unidos una serie de protestas cuya fuerza sería incontenible.
Y todo porque cuando los pueblos reaccionan de esa forma tan violenta es porque el miedo les invade, causado por una amenaza que implicaría la desaparición de las garantías democráticas que, sin exagerar, tiene el dramatismo de una tragedia que se encuentra a la vuelta de la esquina.
La urgencia de no dejar crecer más el escándalo que sacude los cimientos de las estructuras de México y de Estados Unidos, es la meta a seguir. Y se puede lograr si los dos países trabajan coordinadamente.
UN DEMONIO PEOR QUE PABLO ESCOBAR Y OTROS NARCOS COLOMBIANOS
Recordemos las experiencias espantosas de Colombia en los años aciagos en que Pablo Escobar Gaviria se había convertido en un demonio peor que el Satanás de la Biblia, a quien hasta las autoridades le tenían pavor y que incluso varios presidentes de esa nación sudamericana intentaron negociar con el capo para que “purgara” sus delitos en “La Catedral”, una supuesta cárcel de la ciudad de Medellín, y no se lo llevaran extraditado a Estados Unidos, como fueron los casos de otros poderosos narcotraficantes de aquella época, incluidos los del Cártel de Cali que lideraban los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela.
En ese sentido olvidémonos del “colapso” con el que amaga “El Mayo” Zambada; más bien veamos la catástrofe económica en que las decisiones unilaterales del gobierno americano arrasarían con el pueblo de México. Ese sería el otro demonio incontrolable de esta región.
Consideremos en todo caso que es mucho mejor una revolución pacífica y no una crisis de extrema violencia generada no propiamente por la llamada delincuencia organizada, sino por el llamado Estado profundo de aquí y de allá, resuelto a que las poblaciones de México y de Estados Unidos comiencen a sufrir un largo y doloroso proceso de destrucción que sólo desea el aniquilamiento de dos sociedades que iban bien y que podrían ir mejor, si el nivel de cooperación para resolver sus problemas se llevara a cabo mediante acuerdos bilaterales.
¡Deseándoles un día maravilloso!
@columnaorbe