Ayer que nos asomamos a la ruta de los partidos políticos que no están en la supremacía, es decir, el Partido Verde Ecologista de México, el Partido del Trabajo, el Movimiento Ciudadano y el Partido Revolucionario Institucional, recibimos muchos comentarios en retroalimentación.
Uno de ellos, de manera muy ácida, y más porque viene de gente muy cercana al exgobernador Eugenio Hernández Flores (secretario de Operación Política del CEN del PVEM), no se aguantó, aun siendo amigo muy cercano a él.
La pasividad del Verde es impresionante, es increíble, porque habló de un expanista, luego expriista, líder político de la máxima magistratura de Tamaulipas -gobernador-. ¿Cómo se explica su pasividad? Y luego la frase: ¿O qué, está esperando que le digan “mueve la patita”?
¿Se refiere quizá, o seguramente, a que, de EHF se esperaba mucho más que venir ocasionalmente a dejarse ver y dar autógrafos, o a que, por su circunstancia legal, es mejor vacacionar o hacer un trabajo en extremo discreto, porque así son las indicaciones del «No Niño Verde», Jorge Emilio González Martínez?
El asunto es que no lo vemos, aunque sepamos qué hace o, mejor dicho, qué no hace. Pero bueno, los partidos en Tamaulipas están en movilidad, al menos dos, pues ya sabemos que el PT tiene un ritmo cuya batuta es de Alberto Anaya Gutiérrez, líder de esta empresa desde que la fundó con el respaldo de Raúl Salinas de Gortari.
Está, por supuesto, el caso del Movimiento Ciudadano, ya prácticamente bajo el control nacional de Jorge Álvarez Máynez, porque la lógica se impone. Dante Delgado, como coordinador nacional, ha decidido heredar a su hijo, y no a sus hermanos, porque, además, uno es “demasiado Enrique Alfaro, siendo Enrique Alfaro”, como tampoco a Samuel García, quien vive en su mundo alternativo del “todo y todas mías”.
El asunto es que el MC de Mr. Lee tiene todo por crecer; todo por abrir la puerta que la mayoría de los partidos cierran para que no les crezcan los enanos. Vamos a ver cómo les va, pero por ahora esa es la línea: vigorizar y rebasar territorialmente al PT y al PVEM. Aquí la ventaja es que se ha decidido que las reglas cambien y que la nueva juventud sea recibida.
Así como se lee, en el caso de Tamaulipas, MC designó como líder coordinador del Movimiento al matamorense Roberto Lee Ponce, quien, si comparamos, es evidente que la hiperactividad es mucho mayor a la que despliega el siempre pasivo Manuel Muñoz. ¿O qué decir de Doña Paloma, que se apresta a entregar al PRI del que fue patrona porque así convino a Alito Moreno, tenerla de gerenta pero nunca de líder del expoderoso tricolor?
Ahí vamos a ver qué sucede. Los datos en medios de comunicación hablan de una designación directa para Bruno Díaz (Batman) y para Julianna Garza, presidente y secretaria general. Sin embargo, hay que ver cómo se procesa este asunto, porque están postores como Luis Enrique Arreola, Ramiro Ramos, Arturo Núñez o Pedro Luis Coronado, de quienes no sabemos aún, si se van a disciplinar en un partido que casi está en la inanición política y financiera.
Vamos a ver si la mano del botox ordena y los de abajo se ponen crema en las manos.
Que hay dinero, sí, pero solamente para los antojos de los dirigentes en turno: Sergio Guajardo, Edgar Melhem, Carlos Solís y ahora, la poblana Guillén.
Todos, y no me dejarán mentir los hechos, entregados al sistema, a sus caprichos personales, pero, sobre todo, a deshonrar la palabra que contrajeron al levantar la manita para decir sí, en su momento, a Egidio Torre o a Cabeza de Vaca.
De la misma manera que parece que, en los tiempos de Alejandro Moreno, todo se lo debe a su manager y patrón, el señorón de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador.
Esa es la realidad que me comentan por redes, por WhatsApp y yo solo se las comparto. Mientras los días pasan, va llegando diciembre, sus posadas y los “geñistas” siguen esperando que su prócer, expanista, expriista, ahora verde ecologista, mueva su patita, porque ahora está acostadito, mientras no sabemos quién le frota la barriga. Bueno, sí sabemos.
“Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa”. Ernesto Sábato, pero no creo que lo lean a menudo.
Nostra política.- Siempre tremendo, decía George Orwell: “El poder no es un medio, Winston. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. […] El objetivo del poder es el poder”.
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