Cuando en los ranchos ganaderos es abundante el nacimiento de becerros en la época de pariciones, es muy común que los vaqueros comenten entre sí: “va estar bueno el herradero”.
Es una frase muy campirana que denota destellos de alegría entre quienes la pronuncian, al referirse de que la cosecha del ganado habrá de estar buena.
Este comentario viene a colación, ya que, en los últimos días se ha vuelto recurrente la presencia de aspirantes a candidaturas en las comunidades y ejidos de la región. Lo que más ha llamado la atención de la gente es que si provienen de un mismo partido, más de dos hoy disputan en las redes sociales y en eventos las simpatías de los ciudadanos para ganar la encuesta que habrá de definir al candidato.
Llama la atención, que si bien esto es un proceso interno, ciertos personajes, sobre todo en municipios rurales, han recurrido a las plataformas digitales como Facebook, ofertando desde ahora propuestas y compromisos específicos, haciendo parecer ya, una disputa constitucional.
A la gente del campo, lo que en realidad nos interesa es que arriben a los cargos públicos, personas de probada capacidad en los temas que nos aquejan.
Valdría bien la pena, de que quienes aspiran a algo, le den una revisada o dos al recién publicado Censo Agropecuario, que el Inegi exitosamente llevó a cabo en el 2022. Este tipo de información se convierte en una excelente herramienta de trabajo para crear políticas públicas, o programas productivos para el campo.
A propósito del Censo Agropecuario, llama la atención que el principal problema de los productores para realizar su actividad agrícola, pecuaria o forestal es el alto costo de los insumos que se requieren.
Así mismo, el inventario ganadero con el que se contaba al mes de septiembre del 2022 fue de apenas 627 mil cabezas de ganado bovino, bajando considerablemente las cerca de un millón con las que se contaba hace diez años.
En el tema agrícola, resaltan dos datos importantes: la superficie protegida para cultivos como tomate, chile y otras verduras es de apenas 126 hectáreas en todo el estado, descubriendo la importancia de seguir invirtiendo en programas como invernaderos o Viveros de mallasombra para fomentar la producción de alimentos; y la segunda, que al momento de levantar la encuesta se encontraron cerca de 154 mil hectáreas que no fueron sembradas por descanso, por mal temporal, por falta de crédito, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien las sembrara.
Esta información, insisto, es pública, de fácil acceso, tanto para gobiernos, legisladores, organizaciones y hasta candidatos. Debe ser utilizada para el análisis, la investigación y por supuesto para la toma de decisiones.
Y volviendo con el herradero y la próxima cosecha de candidatos, entonces, compañeros campesinos: “vayan alistando las reatas, prendiendo la lumbre y desempolvando los fierros”.
Hasta la próxima.