noviembre 22, 2024
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Melitón Guevara Castillo

El manipulador

noviembre 13, 2023 | 336 vistas

Melitón Guevara Castillo.-

Como bien dicen en el rancho, me quito el sombrero ante Andrés
Manuel López Obrador. Su ambición de pasar a la historia está garantizada.

Primero, porque derrotó a la oposición; luego, porque fue capaz de
aniquilarla; y al final, porque fue capaz de construir, de imponer, a quien
habrá de sucederlo. Y lo más importante, construyó la candidatura, la cuido
y ya logró edificar el contexto y los elementos para convertirse en el nuevo
Plutarco Elías Calles que, iniciado el próximo gobierno, lo envíen a su
rancho.

AMLO esta convertido en un maestro de la estrategia política que, en
la práctica, es sinónimo de manipulador. Es, la verdad, un verdadero
maestro; sobre todo de él, el úsese y tírese, como suele suceder en buena
parte del mundo de los negocios. Día a día ha dado muestras de que es un
genio para mover las piezas del ajedrez político, que sabe perfectamente
cuando tiene que sacrificar a uno de sus peones, un alfil o una torre. Hace
lo que quiere con la reina: la mueve, la rodea, la protege y hasta la deja
sola.

JUEGA CON LAS AMBICIONES

El manipulador, o estratega político en este caso, juega con las
emociones y las ambiciones de sus protagonistas. Es un arte que AMLO ha
perfeccionado a lo largo de más de 20 años; aprendió como priista, la
mejoró como opositor y la perfeccionó ejerciendo el poder. En el caso de la
política está confirmado que hombres y mujeres se desviven, hacen hasta lo
imposible, por tener poder y ejercerlo. La cuestión es, entonces, como
alcanzarlo… y con ese elemento es con el que juega el manipulador.

La lista es larga pero basta, creo que es suficiente, con consignar las
más recientes: el más significativo fue Marcelo Ebrard, considerado un
hermano, un gran amigo; fue el bombero esencial en el gobierno; desde
comprar pipas para combatir el huachicoleo; maniobrar para hacer control
de daños en la política exterior, comprar medicinas, entre otras. Y ya no es
nada. El otro, sin la menor duda, es Ricardo Monreal: creyó, pensó, que en
la negociación perdida la candidatura presidencial, tenía en la bolsa la
Jefatura de la CDMX, hasta declaró que, prefería no tener nada… antes que
traicionar a AMLO: y ya no tiene nada.

El caso más patético es el de Adán Augusto López, el exsecretario de
Gobernación. También se creyó eso de que era su hermano, pensó que
podía ser el plan B, si no funcionaba el A con Claudia… creyó que, porque
AMLO vivió en casa de sus padres, hagan de cuenta fue becario de los
mismos, efectivamente era hermano. Y no, ya se dieron cuenta que, para
AMLO, lo que cuenta es el poder. En este contexto Claudia pensó que, al
tener el bastón de mando, ya tenía la capacidad para tomar decisiones: ya
le mostraron que no, que esta para obedecer y si se deja, en ser un florero
más de la 4T.

ERROR DE CLAUDIA

Creo que el error, básico, de primaria, de Claudia fue no hacer
política. Ya se dio cuenta que está sola, puesto que su propuesta no fue
tomada en cuenta. No se puede pensar que no sabía lo que estaba
sucediendo. Debió verlo, ni más ni menos, desde el día que no hubo gente
en el estadio. No le hicieron caso, porque el propósito era que entendiera
que no es nadie si no está arropada por el partido. Debe saber,
perfectamente, quién es quién en su partido: a qué intereses responden,
con quién están alineados… en esta coyuntura, también, debe saber quién,
de principio a fin, es parte de su equipo, leal, serio y responsable.

Un principio básico en la guerra es conocer a los enemigos o
adversarios. Y la política, de principio a fin, es una guerra constante por el
poder: conquistarlo, conservarlo y acrecentarlo. Los morenistas tienen, en
esta coyuntura, a un verdadero maestro. Y por lo que se ve, Marcelo,
Monreal, Adán Augusto y hasta Claudia no han sido capaces de aprenderle
ni de conocerlo de pe a pa. Día a día AMLO les da lecciones de lo que se
tiene que hacer para conquistar y conservar el poder. Claudia vio como
atacaban a su delfín y, en la práctica, no hizo nada por defenderlo: ni modo
que no supiera quienes lo atacaban.

ERROR DE CÁRDENAS

En más de una ocasión el presidente AMLO dijo que no cometería el
error de Lázaro Cárdenas, de poner en riesgo su proyecto de gobierno,
haciendo referencia a que no cometería el error, su error: de colocar como
sucesor a quien no representaba la continuidad. Y, por lo que se ve, Claudia
cumple ese papel a plenitud. Ha dado muestras suficientes y su premisa es
que primero es el proyecto.

Cárdenas vivió dos momentos políticos históricos: el primero fue
acabar con el Maximato de Plutarco Elías Calles; no recibía a sus
recomendados y, en un momento dado, le colmó el plato y lo desterró. No
aceptó que otro lo mandara y le recordó, simplemente, que él era el
Presidente en turno. Es historia y la historia de la 4T apenas se está
construyendo.

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