Una vez más el prietito en el arroz ¿o el arroz en los prietitos? del Partido Acción Nacional, pero nada que agriete el yugo. Un simple berrinche que no llegará más lejos.
Arturo Soto Alemán volvió a dar la noticia en el PAN, disgustado por el reparto del pastel plurinominal, pero sin el coraje suficiente para “twitear perversas complicidades” como lo publicó.
Es de “mecha corta”, tanto que no sabe perder pese a las tres mordidas de polvo que lleva en las urnas, dos por la alcaldía capitalina y una por la diputación local.
Al rebelde “Chico de la Azteca” (así lo bautizaron sus genios de marketing, por haber vivido en uno de los sectores populares de Victoria) le gana la víscera. Saca el hacha de guerra, pero no es capaz de lastimar a sus compañeros. No abandonará las filas celestes ¿masoquismo político?
Sigue pegado al equipo cabecista que lo hizo Subsecretario y le dio un escaño en el Congreso, aunque dice que él ya estaba en el partido cuando aquellos llegaron.
A lo mejor tiene razón, o es demasiado sincero como para meterse en el nauseabundo mundo de la política, o bastante leal a sus principios como para cambiar de camiseta, o siglas.
Sacó las uñas porque el cabecismo le negó un espacio cómodo en la lista plurinominal, mas no desertará del partido como también lo publicó en redes.
Cierto, lo agandallaron los Cabeza de Vaca como a las demás corrientes hacia el interior. Hicieron del partido un “patrimonio familiar”, un club de amigos de “cuadro chico” -de Reynosa- cuyo primer objetivo es nunca vivir en el error, fuera del presupuesto.
Cuando estuvieron en el poder salpicaron. Al perder el gobierno con “El Truko” Verástegui se dedican a acaparar hasta la última miel que escurre.
Hace tres años el primer berrinche. El inquilino de Palacio le negó la candidatura a diputado federal. Se la entregaron a un arrimado -venía del PRI- llamado Oscar Almaraz Smer, con menos merecimientos que el muchacho.
Tres “paseadas” por el territorio, dos campañas perdidas y una ganada le daban el suficiente baño de pueblo como para llegar al Congreso de la Unión. Protestó, pero se disciplinó.
Otro desaire: Cuando aspiró a dirigir los destinos del partido en Tamaulipas y el que manda entregó la gerencia a Don Cachorro Cantú, identificado por no pocos panistas como un inútil y el enterrador del panismo. La última palada la echará en Reynosa, a donde su jefe lo mandó a la siguiente “batalla”.
Y cierto, Arturo merecía mejor trato de los jefes cabezones. Lleva tres “sacrificios” al hilo tras intensa talacha. Aquellos llegan sobre la mesa servida.
Sin embargo, es buen comienzo. La rebelión interna contra los dueños de las siglas se ha gestado desde hace varios años. Primero le tenían miedo. Ahora no puede regresar al país porque tiene orden de aprehensión.
Hablando de diputados que pidieron licencia para ir a pelear candidaturas a sendos ayuntamientos, uno por Morena y el otro por el PAN, regresaron. No aguantaron ni una semana fuera de la nómina oficial.
Eliphaleth Gómez Lozano, de Valle Hermoso, se animó el jueves pasado pensando en que el guinda le daría la bandera para echar del ayuntamiento a Alberto Alanís Villarreal. No le concedieron el proyecto. La batalla será de Lucero González, la misma de hace tres años.
Gómez es el presidente de la Mesa Directiva -por el periodo-, y se licenció por un día, del 29 de febrero al uno de marzo. Volvió al encargo.
Quien pensó que era leche es Edmundo José Marón, de Tampico, mismo que acariciaba la idea de ser alcalde en contra de los designios de Jesús Antonio Nader. Ya volvió.
Pidieron licencia nueve. Al rato regresan otros. Pueden cobrar hasta la segunda quincena de septiembre.
Hablando de campañas, Geño y Maki, del Verde para senadores, siguen en Reynosa después que el domingo la estructura local del partido -liderada por Carlos Peña- hizo una demostración de músculo al reunir más de 10 mil personas en un evento. Van en serio por los escaños.
Seguían haciendo amarres con líderes de la ciudad más poblada de Tamaulipas, donde con toda seguridad Morena seguirá en la alcaldía con Carlos Peña Ortiz.
Por el distrito VI, El Mante, no hay quien apueste por Marcelina Orta Coronada como candidata del PAN. Vive en Aldama, donde su marido es alcalde, mientras la suplente es de Altamira.
Según la encuesta de Massive Caller, publicada este lunes, la alianza de Morena registra intención de voto del 35.8 por ciento, a 31.8 del PAN y asociado. Cinco puntos de diferencia.
De los ocho distritos, al PAN solo le da posibilidades de ganar en Tampico, el octavo. El resto los perdería. Abundaremos.
Y el presidente López Obrador anunció que el jueves estará en ciudad Victoria presidiendo la “mañanera”, en gira que hará sobre temas de salud. No vino al informe del Gobernador AVA pero “pagará” con esta visita. Es parte de una gira por 23 estados.