abril 9, 2025
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José Inés Figueroa Vitela

El mundo del revés

abril 6, 2025 | 38 vistas

José Inés Figueroa Vitela

Cuando desaparecieron, entre tantos fideicomisos, el Fondo Nacional de Desastres, la oposición puso el grito en el cielo, se desgarró las vestiduras y echó al vuelo sus vaticinios catastróficos, cuasi apocalípticos.

Las torrenciales lluvias de Reynosa, la semana antepasada, sirvieron para seguir midiendo las diferencias con la transformación de la vida nacional, estatal y de los municipios, aplicada por el mandato soberano de las urnas.

Desde el primer momento, en cuanto se conocieron las consecuencias del meteoro, el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA se trasladó a la zona del desastre, a reconocer en territorio e instruir acciones sobre la marcha.

Tras de él, por instrucción precisa de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM, lo hicieron la Directora Nacional de Protección Civil y la Secretaria de Bienestar federal; la señora MARÍA DE VILLARREAL también volcó todos sus buenos oficios a favor de los damnificados.

Quienes mucho criticaron la desaparición del FONDEN, fueron los mismos que hasta las vísperas, estuvieron reclamando la lentitud e insuficiencia de ese sistema que, en realidad, solo sirvió para la simulación, la corrupción y el enriquecimiento de políticos de vena delincuencial.

Ahora la ayuda fue inmediata, sin trámites ni oficios, no solo de la autoridad, sino de la sociedad civil y otras entidades, incluidos los legisladores que estuvieron muy cerca sumando esfuerzos, en un círculo virtuoso caracterizado por la confianza común, como hilo conductor.

La Presidenta del Sistema DIF Tamaulipas instaló centros de acopio en distintas partes de la entidad, para canalizar el apoyo ciudadano, sumado, a los haberes y esfuerzos propios vertidos en auxilio a las víctimas de lluvias, vientos e inundaciones.

Luego no habrá faltado la denostación, o quien quisiera saludar con sombrero ajeno, pero ha sido algo tan pequeño, que se pierde entre el cúmulo de buenas voluntades y tan no ha tenido trascendencia, que se han tomado las cosas de quien vienen.

“Por sus hechos lo conoceréis”, reza la conseja bíblica, bien aplicada en esta escena del temporal desbordado.

Sí, hay mucho por reparar y resarcir, en el entorno hogareño, que ameritará otros esfuerzos institucionales y sociales, pero los reynosenses no han estado solos en este tránsito hacia la recuperación, con la mano siempre amiga, representada, en principio, por el Gobernador y su esposa.

Ahora que circularon imágenes del exgobernador de triste memoria paseándose libremente por el Valle de Texas, cualquier cantidad de expresiones condenatorias ocuparon las redes sociales, donde algún par de bots se habrían hecho presentes para la autodefensa.

Todo mundo se pregunta por qué la policía internacional -INTERPOL- no ha hecho efectivas las órdenes de aprehensión que existen en su contra y la respuesta más recurrente se remite a la doble moral de las autoridades norteamericanas, en las que ha descansado el prófugo, acogiéndose en su también doble nacionalidad.

Llama la atención los argumentos de los “defensores”, asegurando que mientras el expresidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR anda “oculto”, FRANCISCO JAVIER “N” goza de plena libertad de tránsito, como para definir culpabilidades.

Resulta claro que la “ausencia pública” de AMLO obedece a un principio de cortesía política, mientras que las esporádicas, calculadas, limitadas, fugaces apariciones en público, fuera del país por supuesto, de CABEZA DE VACA, son actos de cinismo y perversión.

Otra vez, por sus hechos los conocemos.

O alguien conoce por algo más que por sus latrocinios, crímenes, despojos, abusos, excesos, al Gobernador de Tamaulipas durante el pasado sexenio.

¿Alguien recuerda alguna obra pública, o acción social de relevancia por lo que se haya distinguido su gestión?

La transformación del país iniciada por AMLO y continuada por la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM, tiene fiel reflejo en la intensa gestión gubernamental del doctor VILLARREAL ANAYA.

Las diferencias son abismales, están a la vista y en la conciencia colectiva, vemos y veremos.

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