Oscar Pineda.-
Un detalle que destacaría de la presentación del Plan Estatal, ayer en el siempre majestuoso Teatro Amalia G. De Castillo, es que la narrativa no estuvo centrada en culpar al gobierno anterior por el estado en que dejaron a Tamaulipas, ojalá sea el presagio de una nueva época en la que los lamentos pasarán a segundo plano para dar paso a las acciones de reconstrucción.
Tamaulipas requiere, con urgencia, atención en diferentes rubros, además de la seguridad pública, que ha sido el talón de Aquiles de los últimos años.
En principio, concuerdo con lo dicho, hace unos días, por el senador Ricardo Monreal: el Estado necesita entrar en un proceso de reconciliación que rompa con la polarización que ha enrarecido el ambiente en la entidad.
El gobernador Américo es doctor de profesión, por ello no me sorprende que quiera dejar como legado una mejora sustancial al sistema de salud pública.
A reserva de ver a detalle las 508 páginas del Plan Estatal de Desarrollo presentado por el gobernador Américo Villarreal Anaya, podría decir que el documento recoge las principales inquietudes de la población en materia de desarrollo económico, social, humano, de seguridad y justicia.
Estoy convencido de que la mejor forma de hacer política es cara a cara con la gente, para saber qué piensan, qué sienten, qué necesitan, en qué pueden colaborar, qué estarían dispuestos a hacer para ayudar en el crecimiento del estado… y eso solo se logra escuchando.
Los tamaulipecos esperamos sinceramente que el plan estatal funcione y que le vaya bien a la administración de Américo para que le vaya bien a todo Tamaulipas, el tiempo nos dirá si algo cambió o si las cosas siguen igual o empeoraron.
UN DATO… El Gobernador apenas tuvo tiempo de celebrar la presentación de su plan estatal, y este miércoles deberá acudir a una reunión de gobernadores con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México. Ojalá se lleve cubrebocas, ya ven que “ya saben quién” andaba con covid…
EL PERSONAJE
Hay una fuerte versión de que el alcalde de Altamira, Armando Martínez, podría no tener la posibilidad de reelegirse, aunque es un derecho que le asiste.
Lo que se sabe es que Armando trae muchos frentes abiertos al interior del municipio y de la propia administración.
De entrada se sabe que se distanció de los ex alcaldes, un grupo de santones que mueven los hilos de la política en aquel municipio, a quienes habría incumplido compromisos.
A eso le sumamos que por más esfuerzos que hace para agradar al uno del estado, simplemente no logra estar en el ánimo y lo aceptan a regañadientes.
POSDATA
Esperar hasta el 2024 para tomar las riendas del Congreso podría ser demasiado tarde para el Ejecutivo estatal. El momento es ahora, sin pensarlo demasiado. Fin del comunicado.