marzo 3, 2025
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Mauricio Zapata

El Oscar político I

marzo 2, 2025 | 130 vistas

Mauricio Zapata

 

Cada año, los premios Óscar nos regalan una ceremonia llena de glamour, discursos emotivos y, sobre todo, predecibilidad.

Es un espectáculo donde los favoritos casi siempre ganan, los perdedores fingen sonrisas y los organizadores se felicitan por “cambios históricos” que apenas se notan.

Curiosamente, esto no es muy diferente a la política en Tamaulipas, donde las elecciones son igual de predecibles, los discursos igual de ensayados y las promesas igual de irreales que los efectos especiales de Hollywood.

En los Óscar, los actores gastan fortunas en campañas para convencer a los votantes de la Academia de que merecen el premio.

En Tamaulipas, los candidatos hacen lo mismo, pero con tortas, despensas y espectáculos de “proximidad con la gente” que harían sonrojar a cualquier director de cine.

Ambas industrias dependen del marketing: en Hollywood, los estudios manipulan narrativas para vendernos una historia conmovedora; en Tamaulipas, los partidos hacen lo mismo, solo que sus guiones tienen menos coherencia que una película de bajo presupuesto.

Los premios también tienen su cuota de controversia: acusaciones de fraude, favoritismos y discursos políticamente correctos.

En la política tamaulipeca, esto es casi un requisito.

Si en los Óscar hay escándalos como el famoso golpe de Will Smith, aquí tenemos debates donde los candidatos se lanzan indirectas dignas de un mal guión de telenovela.

Y qué decir de los discursos. En los Óscar, los ganadores agradecen a su familia, a Dios y a su agente; en Tamaulipas, los políticos hacen lo mismo, pero cambian al agente por el “pueblo bueno”.

Todos prometen un “cambio verdadero”, pero al final, Hollywood sigue haciendo remakes innecesarios y la política tamaulipeca sigue con los mismos actores reciclados.

La política nos ofrece películas dramáticas, de terror, de suspenso, y desde luego, de comedia y de ficción, con protagonistas que podrían fácilmente competir por una estatuilla dorada.

Así que, cuando vea, amable lector los Óscar este año, recuerde: la diferencia entre la alfombra roja y el escenario político tamaulipeco es que en los Óscar al menos intentan que la actuación sea creíble.

EN CINCO PALABRAS.- La semejanza es hasta predecible.

PUNTO FINAL.- “Los políticos solo quieren ser protagonistas, la actuación de reparto es para el pueblo”: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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