Rogelio Rodríguez Mendoza
El próximo 31 de diciembre vence el decreto de nacionalización de vehículos “chocolate”, y nuevamente surgen voces queriendo “asustar con el petate del muerto”, advirtiendo sobre un inminente operativo de decomiso de todas aquellas unidades cuyos propietarios no se acogieron al programa.
Desde algunas instancias gubernamentales se ha venido advirtiendo que, al término del decreto, que permite regularizar autos y camionetas americanas, la autoridad estará facultada para decomisar vehículos de procedencia extranjera.
Casi nos dicen que, apenas el reloj comience a marcar el primer minuto del 2024, comenzarán las acciones de incautación de todo “chocolate” que sea detectado circulando en el estado.
Pregunta sería: ¿Alguien cree que la autoridad se atreverá a dar un paso de esa naturaleza?
Para nada. Le puedo asegurar que no habrá tal decomiso. Se lo firmo. No la habrá porque el partido en el poder no se atreverá a emprender una acción de ese tipo, por la sencilla razón de que significaría un “suicidio político”.
Estamos en medio de un proceso electoral donde los partidos lo que buscan es simpatías y respaldos ciudadanos, lo cual hace absurdo suponer que Morena, como partido gobernante, se atreverá a darle motivos al ciudadano tamaulipeco para que le niegue el voto.
De hecho, ha sido precisamente el costo político que implica una acción de decomiso lo que ha impedido a los gobiernos anteriores atacar de fondo el problema de los “chocolates”. Ninguna administración estatal y federal han querido pagar ese precio y dudo que lo vayan a hacer ahora.
Además, hay que ser realistas, de muy poco o de nada servirá el decomiso porque cada día entran al país decenas de vehículos de contrabando.
Si realmente hubiera voluntad gubernamental para acabar con el problema, bastaría con reforzar la vigilancia en las aduanas fronterizas y a la vuelta de pocos años no habría vehículos de esas características circulando en la entidad.
Pero no lo hicieron, y no lo harán, por las razones que ya le expuse.
Si el gobierno quisiera, en verdad, acabar con los “chocolates”, a la par del decreto de nacionalización que está por fenecer pudo haber bajado la cortina en las aduanas, para que no entrara ni un solo vehículo más de contrabando. Y eso, obviamente no ocurrió así.
Así que, si usted es dueño de un auto “chocolate”, no se estrese. No se lo quitarán.
EL RESTO
EL RIVAL MÁS DEBIL.- El diputado del PAN, Luis René Cantú Galván, dejó temporalmente su curul en el Congreso del Estado para ir a buscar la candidatura a la alcaldía de Reynosa.
A la par de ello, “El Cachorro” tendrá que dejar también la dirigencia estatal del partido, porque es el principal obligado a darle equidad a la contienda interna.
Si se aferra a mantenerse al frente del Comité Directivo Estatal ocasionará irremediablemente gritos de “foul”, por parte de otros que también quieren la candidatura a la presidencia municipal de Reynosa.
Fuera de ello, “El Cachorro” no tendrá ningún problema para conseguir la estafeta, porque es uno de los panistas más cercanos al exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, quien partirá y repartirá el pastel de las candidaturas.
El ahora diputado con licencia será el rival más débil en la competencia por ese municipio fronterizo, pero en una de esas y los astros se le alinean y puede dar la sorpresa.
¿IRA?.- El Auditor Superior del Estado, Jorge Espino Ascanio, está citado a comparecer, este miércoles a las 10 horas.
Los diputados lo quieren presente para notificarle de la designación de Francisco Noriega Orozco, como Auditor interino y, en su momento, como su sustituto a partir del nueve de febrero próximo.
La incógnita es: ¿Irá o no irá?
Lo más probable es que Don Jorge no atienda el llamado de los diputados, porque para estos momentos ya debe estar trabajando en el amparo que promoverá para anular la designación de Noriega.
ASI ANDAN LAS COSAS.
