Melitón Guevara Castillo
Buena parte de lo que escriben sobre política, que la analizan y reflexionan, están de acuerdo que la elección del 2024 está en juego el proyecto de nación. Quizá por eso, cuando Claudia Sheinbaum habla del mismo, hace notar que ella significa la continuidad de la 4T, es decir, de un proyecto iniciado por AMLO; y que Xóchitl Gálvez significa más de lo mismo, es decir, el proyecto de nación vigente hasta antes del inicio del presente sexenio. Efectivamente, está en juego una forma de gobierno, pero que resulta abrumador explicar en cuatro palabras.
Para ubicarnos hay que recordar que, al hablar AMLO de la 4T, lo hace pensando que antes hubo un movimiento de independencia, luego una reforma juarista que significó el triunfo de los liberales sobre los conservadores, y que el último movimiento que transformo a México fue la Revolución de 1910. Con esos tres movimientos, cambio la nación, porque se modificaron las estructuras políticas, de gobierno, sociales y educativas. No fue, diría AMLO, más de lo mismo.
VISIONES CONTRAPUESTAS
La historia de las ideas políticas consigna una evolución de cómo se organiza y administra la sociedad en general, de uno u otro país. Hay muchos textos que explican cómo nació el capitalismo, que es la forma de producción más arraigada el mundo y, en el cual, está inserto México: el Estado tiene como obligación lograr el bienestar social de la población con mecanismos de libertad económica, política, ideológica… la regla ha sido que, en estos países, hay una acumulación del capital en unas cuantas familias y la pobreza se extiende a lo largo y ancho del país. No hay, pues, una redistribución de la riqueza.
La respuesta la dieron, inicialmente de manera notoria, Rusia y China, que abrazaron el socialismo (aunque hoy en día han tenido varios cambios hacia el capitalismo). En el caso de América Latina el primer ejemplo fue Cuba, con Fidel Castro, que adoptó el modelo ruso. Hoy en día, gobierno en favor de los pobres están Cuba, Nicaragua, Venezuela, entre otros, que despotrican contra la explotación capitalista… y que sus Presidentes son, sin rubor, una especie de ídolos de AMLO. Y la constante es que instauran gobiernos dictatoriales, eliminando a la oposición, e instaurando la vida política con un solo partido, el gobernante.
EL PRI Y EL PAN
México ha vivido un vaivén de formas de gobernar. El virreinato, luego el pleito de liberales y conservadores, la dictadura de Porfirio Díaz, y la del PRI. Pero es en la fundación del PRI como del PAN, donde se observan las características distintivas. El 4 de marzo de 1919 nació el PNR, que hoy conocemos como PRI. Nació del poder de la revolución, para garantizar a los caudillos la institucionalización del poder y evitar la ruptura de la clase gobernante. Lázaro Cárdenas dio vida al PRM, con una visión clara al socialismo, apoyando a los campesinos y a los trabajadores. Hagan de cuenta, sin decirlo, para Cárdenas primero eran los pobres.
El PAN nació el 16 de septiembre de 1939, su fundador fue Manuel Gómez Morín, se cuenta, abogado de empresas nacionales y extranjeras. Y explícitamente, al fundarse, y darse los motivos, apuntaron que era ofrecer a la nación un proyecto de país distinto al del PRI, hagan de cuenta, el proyecto de los ricos y católicos. Por eso, por muchos años, fue el partido de la oposición… hoy, sin embargo, somos testigos de cómo hay una simbiosis entre el PRI y el PAN, que apuntalan el proyecto neoliberal, cobijado por la democracia, contrapesos, órganos autónomos contrarios a un gobierno centralista, una sola voluntad política.
EL ERROR DE MARX
En la historia y teoría de las ideas políticas se considera que Carlos Marx al lanzar su Manifiesto del Partido Comunista, donde asienta que solo hay la clase obrera y los dueños del capital, los explotadores: el error fue no considerar la existencia de la clase media, que es por naturaleza aspiracioncita. Y es, precisamente, esa clase la que le da dolores de cabeza a AMLO: a ellos acusó de la derrota que sufrió Morena en algunas alcaldías de la CDMX. Como es aspiracioncita, que trabaja, se prepara y busca salir adelante, no depende en grado superior del apoyo gubernamental para sobrevivir, como si lo hacen los pobres o extremadamente pobres.
¿Qué sucederá en la elección del 2024? No lo sabemos: AMLO y Sheinbaum están seguros de ganar. La segunda, una y otra vez, recuerda que las encuestas le dan amplia ventaja; en tanto que Xóchitl, hace notar que, si tiene ventaja, pero no la que dice, que es propaganda. Y algo debe ser cierto: la elección del Estado de México igual Morena pregonaba una ventaja que fue mínima el día de la elección. A punto de iniciar la campaña presidencial el problema es que hay muchos indecisos y otros que, sin rubor, dicen que no van a votar. De ahí que, se afirme, que si la participación ciudadana se incrementa el resultado puede ser completamente diferente.
La cuestión es simple: en ambos grupos predominan las dos clases sociales básicas: La elite gubernamental, con los ricos o nuevos ricos; y los pobres y extremadamente pobres. Ninguno de los dos proyectos termina con la pobreza… lo observamos en Cuba, Nicaragua, Venezuela, entre otros países latinoamericanos.
