noviembre 23, 2024
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Susuki Esmeralda G.

¡El reloj de arena no se detiene!

enero 26, 2024 | 285 vistas

Bien dice la sabiduría popular mexicana “no hay plazo que no se cumpla” y pronto tendremos candidatos oficiales y campañas intensas.

Una tormenta está por alcanzarnos, desbordada de fanatismo, guerra sucia, intereses personales, avaricia y ambición por el poder en juego, amenazas y acarreos en muchos casos por supuesto bombardeos publicitarios serán solo algunos de los elementos que marcarán el rumbo de la contienda.

Centrándonos en la Capital del estado, particularmente en quién ocupará la alcaldía, los siguientes nombres son los más sonados: Oscar Almaraz, Jorge Tico García, Pepe Braña y hasta el actual edil.

De estos Almaraz y el último que menciono ya han probado su trabajo como presidentes municipales y será su trabajo bueno o malo el que hable a su favor, ¿cuál de los dos trabajó con mayor diligencia, responsabilidad y buenos resultados para los victorenses? Usted tiene la respuesta ¿le daría nuevamente la oportunidad a uno de ellos? ¿A cuál de los dos sería?

Hoy mi percepción sale sobrando, es usted quien puede juzgar, usted que vive y transita diariamente por las calles de la Capital, usted que necesita el agua y el alumbrado público cada día, usted tiene hoy el poder de reprobar o premiar dicho trabajo, aquí no hay especulaciones si será o no capaz porque ya demostraron durante sus periodos de gestión este hecho.

De los dos restantes, sobre Pepe Braña también podemos tener claro referente de su trabajo en su paso por el Congreso, así que no hay mucho imaginar cuando tenemos hechos y forma de calificarlos en base a resultados. De Jorge Tico García no tenemos referencias de trabajo como servidor público, pero muchas son las familias que han estado bajo su mando laboral y eso también habla por sí solo.

Ninguno ha perdido el tiempo para darse a conocer, así que en esta ocasión hay pruebas y no solo pronósticos basados en la fe que de “llegar” las cosas serán diferentes, ya sabe usted que trae cada uno en el morral y no hay peor ciego que el que no quiere ver”.

Hasta la próxima entrega.

¡Saludos cordiales desde el averno!

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