Quien me conoce no puede desconocer mi origen campesino. No puede, por lo tanto, tampoco desconocer mi amor, mi identidad y pertenencia a El Roble. Al ejido que se ubica a los 29 kilómetros, por la Interejidal, y que este 25 de febrero va a festejar el 99 aniversario de su fundación. Hace muchos años, ahí me casé, bajo una enramada de 50 horcones y el kiosco fue el testigo del respectivo baile. Así que, por lo tanto, no me puede pasar desapercibido el evento del año, para sus habitantes y vecinos la Gran Fiesta.
Es una excelente fiesta. Inicia con Las Mañanitas al ejido, a las 6 am; luego habrá el evento protocolario en el Salón Ejidal, continuará con el desfile escolar, la fiesta artística-cultural en la plazoleta. Después de la comida, el jaripeo y termina con el popular baile. En pocas palabras, habitantes, vecinos e invitados van a pasar un día extraordinario. En lo personal estoy convencido de que el aniversario del ejido es una fiesta de integración familia y comunal.
LA FUNDACIÓN
Fueron 670 hectáreas, 402 de riego y 268 de temporal: el fruto de una lucha, intensa, de un grupo de campesinos que así vieron fructificar un deseo, un anhelo, de contar con tierras para vivir y sembrar, trabajar y cosechar el sustento para la familia. Así nació El Roble, en tierras de la Hacienda El Carmen Gonzaleño, propiedad del señor Francisco González Morales.
Fue hace 99 años cuando un grupo de campesinos vieron que sus sueños se hicieron realidad. La lucha, tenaz, persistente de más de 30 hombres, rindió frutos; entre ellos se puede mencionar a Joaquín, Ascensión y Jesús Alvarado, Felipe García, Tomás y Macario Cerda, Casildo Rivas, José Araujo, Estanislao Reyes, Lorenzo y Francisco Zamarripa, Herminio López, Timoteo Mendoza, Pedro Flores, Viviano Medina, Enrique Díaz, Eugenio Acuña, Marcelino Cavazos, Cruz Cerrato, Miguel Herrera, Juan Colunga, Agustín Grimaldo, Hilario y Manuel Gómez. El resolutivo gubernamental consigna que El Roble se fundó con 67 vecinos con derecho al beneficio de la ley. En términos generales fueron 221 habitantes, integrado por 71 jefes de familia y mayores de 18 años.
FIESTA FAMILIAR
Estoy convencido de que la fiesta de aniversario de El Roble es una fiesta familiar y de integración comunal. Tengo, hagan de cuenta, un poco más de 40 años de asistir y disfrutar de tal fiesta. He sido testigo de cómo, ese día, en muchos hogares llegan de visita familiares que viven en otros lugares, estados o incluso en los Estados Unidos. Buena parte de mi familia política está en Matamoros, Monterrey y en Texas, y puede que no vengan otros días, pero sí llegan el 25 de febrero.
He sido testigo, luego entonces, de cómo hombres y mujeres llegan de otros lugares; y en cada uno de los eventos es fácil identificar, ubicar, a distintos grupos que conversan, hagan de cuenta, se saludan y se ponen al día sobre los acontecimientos que les conciernen. Unos hacen, en su casa, hasta su propia fiesta. Cabe recordar que uno de ellos, Sergio Lara (+), se lucía atendiendo a su familiares y amigos. Hoy, por cierto, su hermano es el Presidente del Comisariado Ejidal y su hermana, la Presidenta de la Comisión de Festejos.
UNIDAD Y DESARROLLO
Al ser descendiente de una familia del campo he tenido la oportunidad de comparar el desarrollo de ejidos distintos. Nací en Campoamor (Padilla), pero gran parte de mi vida la he pasado en El Roble; y encuentro que entre uno y otro ejido hay diferencias sustanciales. La diferencia básica está en el contexto natural, para mí El Roble ha sido agraciado por la naturaleza, pero también por el empuje, el trabajo comunal de sus familias y, claro, de sus líderes. He constatado un tremendo desarrollo rural, social y educativo.
A lo largo de 99 años nuestra comunidad ha crecido, se ha desarrollo, y ha sido por el impulso de la comunidad y, entiéndase, de quienes han tenido la responsabilidad de presidir el Consejo del Comisariado Ejidal. Vale hacer constar nuestro reconocimiento y agradecimiento para ellos, puedo mencionar a unos: Joaquín Alvarado, que fue el primero; Macario Cerda Martínez, Isidro Medina Gaytán, Roberto Grimaldo Gómez, el profesor José García Balleza, Samuel Alvarado Camero, Guadalupe Acuña y a quien, hoy por hoy, preside la administración del ejido: José Lara Martínez.
El ejido ha logrado avances y desarrollo por tres razones: 1) El apoyo de los gobiernos federal y estatal; 2) El liderazgo de Presidentes del Comisariado que han logrado empujar a la comunidad, organizarla, y hacer debidas y correctas gestiones ante las distintas autoridades civiles; y, 3) el ánimo, la calidez, el sentimiento y cooperación de cada uno de los miembros de esta comunidad.
En su infraestructura el ejido cuenta, entre otras cosas: con kínder, primaria, secundaria y telebachillerato, con su salón de usos ejidales, plazoleta con kiosco y techumbre, el velatorio, el lienzo charro y su calle principal esta pavimentada…y el Balnerario Las Pilas, con su infraestructura para disfrutar en familia las delicias del rio, sobre todo en verano.
El 25 de febrero, en El Roble, solo hay una opción: disfrutar y compartir la alegría.