Voz docente ha sido una coherencia de ideas y acciones para compañeros docentes desde diferentes trincheras. Muchos pensarán que quizás hoy no estoy en posición de dar mi opinión porque no se puede ser juez y parte… y en mi congruencia profesional estoy de acuerdo.
Me resistí a hablar del movimiento de las últimas semanas, cualquiera que me haya leído sabe cuál es mi postura al respecto. Pero haré lo que mejor me sale y es hablar de mí experiencia.
Cuando ingresé al sistema al no conocer el SNTE o la SET estando dentro de los primeros 10 de la lista de prelación me mandaron a la frontera chica y por corrimientos de la zona terminé en Mier. Entonces los cambios no estaban regulados y verdaderamente era conforme “le cayeras” a la autoridad.
Hoy los movimientos intrazona se normaron para el estado, se trabajaron entre niveles y sindicato en mesas (si existieron desde antes). Sin duda lo que se debe escuchar es la voz de los maestros, dejar de actuar como teléfono descompuesto.
Cuando comenzó el conflicto armado, metí mi solicitud de cambio (la inseguridad no era una causa aceptada), pedí Matamoros, porque me decían que no había posibilidades de estar cerca de cd Victoria más que pagando (no lo haría).
En ese proceso hubo muchos movimientos y recuerdo la molestia por no seleccionar un municipio central, sí hubo espacios, nuca pregunte cómo. El punto es que desde mi tercer año de servicio cada ciclo metí solicitud de cambio y no sucedía, veía como gente llegaba y se iba sin ningún proceso y yo solo trabajaba. Nunca fui “amiga de”, “comadre de”, o “hija de” como para que mi cambio sucediera.
Un día, después de bastantes años, por azares de la vida hubo un lugar para mí en cd Victoria, y aceptamos (una irregularidad). No pregunté y tampoco tenía conocimiento del problema que era el techo financiero (mi error).
Después de batallar (por un cambio que no pedí) me ubicaron en turno vespertino y aprovechando quise cubrir un interinato por gravidez (es una incapacidad, durante esos meses se cubre el puesto y para eso hay un recurso especial); durante la primer quincena me dijo la Secretaria General que probablemente habría atraso con mi pago pero que “la SET me tenía que pagar”, el director me dijo que “lo viera como un ahorro” y entonces entendí lo que son usos y costumbres en educación. No porque algo haya sido siempre así quiere decir que así deba ser. Mi directora de ese
momento dijo que era mi decisión y opté por no regalar mi trabajo, comprendo que si me hubiera quedado a cubrir el permiso probablemente seguiría con adeudo (como muchos).
Hablar de la costumbre como fuente del derecho es referirse a normas que nacen de una práctica social existente, ahí radican muchos de los reclamos (que sí son justifcados) de los docentes. Son acciones correctas, pero que se desarrolla al margen de la ley; y definitivamaente no se puede desaparecer a voluntad, la norma (hablando de USICAMM), es una ley, eso le toca al SNTE nacional y a la SEP.
Durante el inicio del SPD (Servicio Profesional Docente) también presenté y obtuve el lugar 1 en una lista de prelación para directivos, con un CCT, (clave de centro trabajo para los que no son profes, es como el nombre administrativo que tiene una escuela) un lugar disponible y con prueba en mano ni la SET ni el SNTE pudieron darme una asignación, ni siquiera una explicación. No había transparencia en el proceso y no era algo público, hoy toca ver compañeros que por promoción han tomado posición de directores, supervisores o jefes de sector y cuyo trabajo es de reconocer y sobre todo de defender.
Un ejemplo de este proceso fue el sector 22 de primaria donde toda la responsabilidad recae en el maestro; al final de cuentas es uno quien lee e interpreta las convocatorias y dentro de la norma siempre habrá forma de lograr nuestros objetivos y acceder a un proceso que por derecho nos corresponde.
No protesté por la reforma, porque verdaderamente una evaluación adecuada no me parece un absurdo. No estoy a favor de la herencia de plazas porque no creo en el lema de que “cualquiera puede ser maestro”. Y entiendo que haya quienes se sientan comprometidos de mil maneras con nuestro Lider, pero quitar a un funcionario no resolverá por arte de magia los problemas del magisterio. Hay que jalar parejo.
Lo plantee al inicio del gobierno como carta a santa Claus, nada de lo que reclamaron lo pueden dar de la noche a la mañana, nada es nuevo. Aunque el sindicalismo ha sido siempre la resistencia a una situación de miseria, desigualdad y marginación política, en este momento no le veo el norte.
Si bien “disfruto” de los beneficios que el SNTE ha conseguido en otras luchas ninguno de esos ha sido en años de mi servicio sino de luchas de maestros antes de mí, antes incluso de que yo decidiera ser docente. Espero muchas cosas buenas para mis compañeros, pero siempre con la razón en la mano. A exigir.
Aquí hay un solo lado y es el de los alumnos, aunque las historias de los maestros tengan su propio impacto.