Melitón Guevara Castillo
Si nos ponemos a revisar los textos políticos, las declaraciones y las posturas de unos y otros, entenderíamos que estamos en una época inédita: Donald Trump, el presidente del país icono del capitalismo, incentivando el proteccionismo, casi quiere regresar a la época del autoconsumo; en tanto que un país socialista, como China, propugnando por el libre comercio. Son hechos que no vivieron nuestros abuelos, pero cuyas consecuencias sí van a sufrir nuestros nietos: una guerra comercial termina en una recesión.
Para entender lo que está sucediendo es preciso conocer el pasado, pero también el presente. El pasado poque cuando Estados Unidos se asumía como el policía del planeta recibió buenas lecciones ahí donde sus soldados fueron sacrificados. Y hoy debemos entender lo que está sucediendo, teniendo como premisa el pasado, de cómo USA perdió el liderazgo mundial y Donald Trump aparece como un Sol, que buscar dar luz, brillo y fortaleza a su país. Por eso, se presenta arrollador y donde solo sus argumentos valen.
EL DIOS SOL
Quienes estudian la personalidad, las decisiones y acciones, el comportamiento de una persona, mas si es líder, toman de referencia las explicaciones que nacen de la naturaleza. Una explicación viene de la astronomía, de los signos zodiacales, así como de la influencia de los planetas, incluidos el Sol y la Luna. En este caso, al Sol se le considera benéfico, porque su brillo, su luz nos dan energía. Sin embargo, al reflexionar sobre el punto extremo, nos dice que el Sol, como individuo líder, puede ser soberbio, autoritario, precisamente porque no está dispuesto a que otro brille más que él.
Así veo a Donald Trump: como un Sol que quiere brillar mas que nadie, quiere que lo reconozcan como el líder mundial, que protege y cuida a los Estados Unidos, y que, en coyuntura, enfrenta a todos aquellos que, según su visión, se han aprovechado de su país. Claro, sin menoscabo de sus argumentos: nadie le puede negar lo positivo de que quiera proteger a su país del fentanilo, de su poder destructor de la juventud y la familia. Y las cifras que da, son para quitar el sueño a cualquiera; claro, menos a los que protegen a los delincuentes que lo elaboran, procesan y distribuyen.
LOS ARGUMENTOS
La presidenta Sheinbaum tiene razón: no hay motivo para la imposición de los aranceles. En principio, sí, porque hay un Tratado de Libre Comercio, por otra parte, porque México ha sido socio comercial de toda la vida con los Estados Unidos. Y efectivamente, por eso allá dicen que no es guerra comercial; para ellos, es solo un medio para exigir más y mejores resultados en la lucha contra las drogas. En este sentido, México ha desmantelado laboratorios clandestinos, ha decomisado drogas, ha detenido a delincuentes y/o narcotraficantes y, además, les ha dado de regalo 29 capos de carteles mexicanos.
Y eso, en fin, no fue suficiente. Por eso, a la narrativa mexicana, ahora también se agrega que los Estados Unidos tienen que hacer, de aquel lado, también un combate a los delincuentes, decomisar drogas y aniquilar las redes de distribución y comercialización que, es obvio, existen en los dominios de Trump: no se vale, en pocas palabras, cargarle toda la culpa a China, a México y a Canadá.
SHEINBAUM VS. TRUMP
Para este momento en el pleito USA vs. México vamos perdiendo. Escuchar a Trump da la impresión de que su visión de lo que quiere para su país, es convertirse en la dueña del planeta; y que él, precisamente él, es el constructor de esa hazaña. En su soberbia, ataca y ataca, agarra parejo y bien dicen varios amigos: nadie lo va a detener, a menos que alguien, sin miedo, con armas, lo enfrente, lo pare en seco y le demuestre que eso no es político ni ejercer el poder.
¿Qué misión ha asumido? ¿Qué visión tiene del futuro de su país y del resto del mundo? Sus acciones solo indican un rumbo, una meta: que todo gire en torno a su país, a sus decisiones. Por algo, ayer mismo se anunciaba su mensaje en el Congreso como la renovación del sueño americano. Y el sueño, es solo uno: Quiere ser el líder más poderoso del planeta, que su país sea el más poderoso. Y para lograrlo, no se detendrá porque como bien escribió Rosario Robles: Trump no tiene llenadera.
En esta lucha la presidenta, una y otra vez, ha sentenciado que a cada acción de Trump tiene un plan A, pero también un B, C o incluso hasta D. La cuestión, al final, es el resultado. Por lo pronto, ya el pronóstico es que México tendrá una recesión y Estados Unidos inflación… Por lo pronto, un plan es ir al Zócalo y repetir que México es soberano e independiente.