Una de las principales actividades primarias, que le brindan una importante fortaleza económica al estado, es la ganadería. Especialmente la producción de becerro en pie, tanto para exportación, como para consumo nacional.
De acuerdo a las cifras oficiales del censo agropecuario 2020 que el Inegi llevó a cabo, en Tamaulipas el inventario ganadero apenas rebasa las 600 mil cabezas de ganado, luego de que, en años anteriores, la cifra que en el discurso se manejaba era de más de un millón.
Llama la atención que, por diferentes factores, la moneda nacional ha ido modificando su valor frente al dólar, el tipo de cambio del llamado “súper peso” ha vuelto a estar en los 20 pesos en las últimas semanas.
Este incremento del dólar, es sin duda muy atractivo para los exportadores de ganado, ya que, con ello, el precio por kilogramo de becerro se ha visto mejorado de manera considerable.
Justamente, esta ventana de oportunidad para mejorar la economía de quienes formamos parte de esta actividad, debe ser aprovechada no sólo por quienes concentran los becerros en sus corrales, los preparan y trasladan hasta la frontera con Estados Unidos, es una gran oportunidad para que las autoridades, tanto del Gobierno del Estado y la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, salgan junto a los productores a realizar los protocolos necesarios y llevarlos de la mano si fuera necesario, para consolidar la venta, sin importar la cantidad de becerros que tengan, antes de la primera quincena de diciembre.
Como parte de los pasos a seguir, los ganaderos requerimos, primero colocar los aretes Siniiga en las crías que sus vacas le han dado en los últimos meses; segundo, solicitar los servicios de un Médico Veterinario autorizado por el Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria Senasica, para que realice las pruebas de tuberculosis en todo el ganado mayor de seis meses edad.
Es importante que, al realizar las pruebas del hato, el ganadero se asegure de que la totalidad de sus vacas, toros y crías, estén dentro del documento de la prueba, porque las crías que no aparezcan NO son exportables.
No podemos perder de vista, que todas las pruebas de tuberculosis deben incluir un toro de al menos 30 meses de edad, de lo contrario los compradores, ya sea la Unión Ganadera o los acopiadores, no aceptarán para exportación sus becerros.
En efecto, para quienes dominan el tema, todo esto es rudimentario, la colaboración y apoyo es para quienes aún desconocen los procedimientos, a ellos es a quienes debemos orientar, tanto de la Secretaría de Desarrollo Rural, a través de los extensionistas; como de la Unión Ganadera a través de las Ganaderas Locales, incluso de los Ayuntamientos con el personal del área de Desarrollo Rural municipal.
Sumando voluntades y uniendo los esfuerzos, gobierno y ganaderos, la cosecha de becerros para exportación, la vendemos porque la vendemos.
Hasta la próxima.