El tiempo ya nos alcanzó. Hace meses veíamos lejana la fecha en la que tendríamos la oportunidad de renovar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Es que año con año, la discusión del presupuesto federal y la asignación de recursos a los diferentes programas destinados a la productividad del campo, se convirtió en la bandera de algunos diputados federales, pero que francamente fueron rebasados al momento de votar y aprobar por la mayoría.
Los resultados, a la vista de todos, la última legislatura integrada por diputadas y diputados tamaulipecos solo se dedicó a seguir el cencerro de quien avaló su postulación, dejando de lado el compromiso con los productores y campesinos representados por ellos en la máxima tribuna del país.
El momento ha llegado, habrá quien otorgue nuevamente su confianza a este esquema de gobierno que llamaron transformación y que retiró a los productores tamaulipecos la posibilidad de hacer rentable su actividad primaria, pero también habrá quienes en la decepción prefieran darle las gracias e ir por una brecha que ya conocen y de quien escucharon propuestas serias y compromisos.
En efecto, la jornada electoral la tenemos ya en la puerta del rancho y la convocatoria en general es que todos participemos activamente.
Atrás quedó el clamor de los ganaderos, quienes con la mejor actitud han aguantado los embates de esta arrogante sequía. Y quienes fueron limitados en la gestión, por darle prioridad a la sanidad del ganado, aunque éste, ahora mismo no tenga que comer.
Atrás quedaron las manifestaciones, bloqueos y exigencias de los agricultores, quienes, de manera pacífica, con alto sentido de responsabilidad, prudentemente pospusieron sus justos reclamos para la siguiente semana. Ofreciéndole al Gobierno la oportunidad de redimir un esquema de apoyo a la comercialización de sorgo y maíz, que como dice el corrido, hace tres años, ya sabían qué pasaría.
Hoy los campesinos, productores y toda aquella persona que se dedique o viva en el campo, tenemos la libertad de elegir a los nuevos gobernantes.
Esos que, en unos meses, llevarán por los siguientes seis años el rumbo de nuestro querido país.
Tiene libertad todo aquel ciudadano que sin compromiso alguno, manifiesta y expresa su sentir con toda responsabilidad al momento de votar.
Compañeros productores:
Hoy, Tamaulipas huele a democracia con la participación de todos nosotros.
Tamaulipas huele a ganado en sus potreros y ranchos.
Tamaulipas huele a sorgo y maíz recién trillado.
Tamaulipas huele a caña y naranja frescas.
Tamaulipas huele a prosperidad, a campo fuerte y productivo.
El futuro lo tenemos en la mano y este domingo lo vamos a votar.
Hasta la próxima.
