Cuando la elección haya pasado, apenas iniciará el ajuste de cuentas.
Recomienda, la conseja bíblica, estar tranquilos y hacer las cosas bien, “que todo lo demás te vendrá por añadidura”; las malas prácticas también tienen consecuencias, en el mismo sentido negativo.
Luego hay quienes se tiran al suelo, entonando al TRI de ALEX LORA: la gente me dice que todo lo que hago, que todo lo que hago, que todo lo que hago está mal… yo no sé por qué.
“¡Por güevones y pendejos!”, se respondía mi viejo, en un hipotético cuestionamiento al cielo: Ay, Dios mío ¿por qué estaremos tan probecitos?
La filosofía simple de los mayores formó a los de mi generación.
Hoy que entramos en la cuenta regresiva hacia la elección del próximo domingo, todo está dicho; los escenarios dibujados.
La última apuesta de la oposición, por lograr mediante vía distinta lo que no consiguió a través de los conductos ordinarios, también está en vías de liquidación.
El gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, inició en Nuevo Laredo, la instalación del mando de seguridad, conformado por autoridades federales y locales, para blindar las elecciones, mediante operativos en todo el territorio estatal.
Ya sabe, en el primer puerto fronterizo fue donde se reportó a delincuentes, con presiones violentas y amenazas, para favorecer a la panista YAHLEEL ABDALÁ, ubicada en una quinta parte de la intención del voto que favorece a la morenista CARMEN LILIA CANTUROSAS.
No es el único lugar donde se ha hablado de intenciones torcidas, mediante las cuales se pretenda remontar la ventaja que saca la alianza morenista a la panista, pero sí donde las diferencias aparecen más abismales y los despliegues perversos más públicos y marcados.
En cualquier escenario, lo que ayer inició en Nuevo Laredo y siguió en Reynosa y Matamoros, el Gobernador, acompañado del Fiscal General y de los Secretarios de Seguridad y General de Gobierno, así como las representaciones de las fuerzas armadas y seguridad federal, difumina aquellas y otras perversas intenciones.
Los operativos, ayer en Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, hoy en El Mante y Tampico, de cobertura en toda la entidad y centro de mando general en Victoria capital, inician con patrullajes disuasivos y animan la disposición de fuerzas de reacción, hasta el día de la jornada votacional, para atender cualquier denuncia.
En principio, extienden las garantías para que los ciudadanos puedan salir a votar con tranquilidad, libertad e independencia, que era lo que estaban tratando de inhibir con la campaña del miedo desplegada por los torpes estrategas panistas.
Y en seguida, aseguran que cualquier intento por torcer la voluntad ciudadana -léase adulteración del contenido, robo de urnas, presión a funcionarios de casilla, coacción al voto-, sea abortada y sancionada de maneras puntual.
Tras su errático, violento y corrupto paso por el poder público estatal, más la sujeción al perverso personaje que encabezó tales desvíos en contra de los ciudadanos y las instituciones, al PAN se le acabaron los argumentos para conservarse como opción electoral en Tamaulipas.
Pretender remontar el desprecio popular, mediante más actos reñidos con la moralidad y la legalidad, acrecienta el rechazo que ha de traducirse en votos en contra el inminente domingo electoral.
Hay autoridades… y hay gobierno.
Los ajustes de cuentas, insisto, arrancan al día siguiente de la elección.
La lista es larga y las afrentas mayores.