Rogelio Rodríguez Mendoza.-
EL VAGÓN DEL METRO.- Me escribió ayer un victorense a quien aprecio y respeto. Lo conozco desde hace muchísimos años y se de su intachable trayectoria como profesionista y político. Hace pocos años alcalde de Victoria, es uno de esos personajes que hacen la excepción a la regla en el servicio público, por su integridad y su honorabilidad.
Mi amigo me envió una reflexión sobre la situación política que vive el país y la expectativa social rumbo al 2024, cuando elegiremos al sustituto de Andrés Manuel López Obrador, y en la que el mismo mandatario y su partido ya se declaran, desde ahora, seguros vencedores.
Su análisis surge a partir de un incidente ocurrido en un vagón del metro de la Ciudad de México, que refleja con crudeza cómo la presunta popularidad del presidente, Andrés Manuel López Obrador, no es la que presume en sus encuestas. Un ciudadano arremete con insultos hacia el mandatario y decenas de usuarios festejan el hecho.
En su razonamiento, el exalcalde advierte que: “no hay elección ganada ni perdida de antemano. Hay que esperar al día de la elección, por más que su ‘popularidad’ esté muy ‘alta’. Labastida le llevaba 20 puntos a Fox y perdió. En Sonora, en una de sus elecciones, iba ganando el PRI, sucede el lamentable evento de la guardería ABC y perdió.”
“Las elecciones son una amplia suma de factores que inciden en sus resultados y López Obrador no va a estar en la boleta. Falta que se designen a los candidatos, falta que se hagan las campañas, faltan los errores que puedan cometer, faltan muchas variables que aún no están definidas”, advierte.
Reproduzco esos párrafos porque coincido con ellos, pero yo le agregaría que el país no resistirá otros seis años con un presidente del mismo perfil de López Obrador, y menos con un solo partido controlando los tres poderes públicos. Sería una catástrofe nacional.
ACELERAN.- Muchos diputados locales andan más entretenidos en sacar adelante sus proyectos políticos que en sus tareas legislativas.
La verdad, no es algo para reprochar. El problema es que un buen número de esos legisladores se andan ilusionando solos porque no tienen la mínima posibilidad de aparecer en la boleta electoral del 2024.
Una gran parte de los acelerados andan queriendo convertirse en los próximos alcaldes de sus municipios y otros menos aspiran, aunque sea, a prolongar el usufructo de su curul por otros tres años.
No obstante, ya verá usted que cuando llegue el momento de las definiciones partidistas no serán más de media docena quienes realmente terminen convertidos en candidatos a alcaldes, y de esos apenas dos o tres lograrán el triunfo.
Se les olvida que una cosa es querer y otra merecer. Además, deben recordar que en política rara vez las candidaturas se entregan por méritos o popularidad del aspirante. Casi siempre son las cúpulas las que determinen quién sí y quién no puede ser candidato.
Por supuesto que son los morenistas quienes andan más acelerados, porque siguen creyendo que la sola marca del partido, y “la fuerza moral” de su líder supremo, Andrés Manuel López Obrador, será suficiente para lograr un triunfo electoral.
Lo cual, evidentemente, está muy lejos de la realidad.
VA DE NUEVO: El panorama estatal, pero sobre todo en la Capital de Tamaulipas, por la escasez de agua para uso doméstico, se torna cada vez más crítico y sin embargo los gobiernos siguen entretenidos en “politiquerías” en vez de aplicarse en la construcción de una estrategia que sirva para enfrentar una eventual catástrofe .
¿Qué van a hacer los gobiernos si de pronto ya no llega agua de la presa “Vicente Guerrero” y los pozos se secan?
A como se ven las cosas, las autoridades, todas, no están viendo más allá del día a día.
Sí, claro, hay un proyecto para construir un mega acueducto, pero se trata de una obra a largo plazo de la cual ni siquiera hay certeza, y aquí la urgencia está a la vuelta de la esquina.
Por eso, me parece que es tiempo de que los ciudadanos salgamos a las calles a exigirle a los gobiernos que se pongan a hacer su tarea, comenzando por priorizar la agenda pública con los temas de verdadera urgencia, entre ellos precisamente el del agua.
ASÍ ANDAN LAS COSAS