Alicia Caballero Galindo.-
Hay silencios que matan y otros que reconfortan; hay silencios traicioneros y otros que pacifican el alma. El secreto radica en saber precisamente cuándo callar y cuándo dejar de hacerlo…
El espectro significativo de la palabra silencio es en verdad muy amplio; va desde el sentido literal, que significa ausencia de sonido o ruido hasta el sentido subjetivo de “callar”. En música, representa los espacios necesarios entre los arpegios y notas musicales que dan sentido a una melodía con determinado ritmo y secuencia. Es posible definir en este caso al silencio como la nota que no se ejecuta.
El silencio escrito sería la falta de comunicación por esta vía; el callar algo que se conoce y no se comunica cuando se requiere, es también considerado como silencio.
Textualmente puntualiza el diccionario respecto a la palabra:
“Abstención de hablar”, “Falta de ruido: El silencio de los bosques, del claustro, de la noche”, “Falta u omisión de algo por escrito: El silencio de los historiadores contemporáneos. El silencio de la ley. Escríbeme cuanto antes, porque tan largo silencio me tiene con cuidado”, “Pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio”, “Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada” y “Pausa musical”.
El vocablo proviene del sustantivo latino silentium, que corresponde al verbo taceo. En latín, existían dos verbos con el significado de: “hacer silencio, callarse o callar”, estos eran: taceo y Sileo, ambos usados como transitivos o intransitivos, de taceo se deriva la palabra “tácito” que significa implícito; sujeto tácito es aquel que va implícito en el verbo, ejemplo: “caminemos” el sujeto obligadamente sería nosotros; en el propio verbo va tácito o implícito.
Fuera de los tecnicismos que implica el vocablo, es una palabra interesante, fascinante y controvertida; y la acción de “guardar silencio” encierra innumerables matices, y produce todo tipo de sensaciones en el ser humano, incluso en los animales y en las plantas, aunque algunos no lo crean…
A veces es necesario el silencio para reflexionar por un tiempo, buscar la paz, encontrar una respuesta dentro de sí mismo, en estos casos el silencio es un aliado. La ausencia de ruidos y voces externas, invita al individuo a establecer un diálogo introspectivo con su subconsciente, los pensamientos y sentimientos más íntimos que permiten encontrar caminos, soluciones, paz interior. En ocasiones, el silencio es una losa que pesa sobre la conciencia y orilla a algunas personas, a la depresión y hasta el suicidio cuando no hay equilibrio. El silencio es un arma de dos filos que debe saber manejarse adecuadamente para que brinde resultados positivos para los seres humanos. En una discusión, el silencio nos permite reflexionar antes de hablar y evitar males mayores, porque una palabra o expresión puede la diferencia entre la paz y una discusión, a veces inútil.
Guardar silencio sobre una mentira que a alguien lastima, cuando se conoce la verdad, es una falta moral y de humanidad, pero callar una verdad que dañaría, a veces es un acto piadoso. Hundirse en el silencio de la conciencia y guardar en el alma resentimientos es conservar voluntariamente una enfermedad que mata lentamente. Cuando se ama, a veces es necesario guardarlo en silencio; se calla por cobardía o ataduras de diversas naturalezas.
El silencio y el orgullo aliados son una mala combinación para la salud y el bienestar de las emociones, porque dañan profundamente…
Qué importante se torna saber administrar el silencio para beneficio de la salud y el equilibrio propio y de los demás. Qué complicado se torna entenderlo… cuántos amores se frustran por no callar a tiempo o por callar lo que debiera decirse…
Es importante reflexionar sobre el tema y saber manejar los silencios para beneficio propio y de las personas que nos rodean. En una discusión que sube de tono, el silencio es un antídoto infalible contra el enojo que nubla el entendimiento y el silencio dará una pausa necesaria para recapacitar y no inferir daños verbales irreversibles. Manifestarse por escrito cuando la irritación, el coraje, los celos u otra emoción negativa nos invade, hará que externemos pensamientos que causen daños innecesarios y al estar escritos, se leerán una y otra vez, ahondando la huella del daño causado.
Guardar silencio cuando se está irritado, es la mejor manera para preparar una defensa digna porque con la mente fría y el corazón caliente, estaremos mejor preparados para romper el silencio.
La soledad y el silencio pueden ser aliados o enemigos del ser humano, dependiendo la forma inteligente, malévola o imprudente, en que se administre…
EN SILENCIO…
Cuando te vi
en silencio te amé
y las palabras
fueron innecesarias
hubo comunicación.
Y nuestras manos
en silenciosa unión
reconocieron
esa llama sublime
chispa del Divino.
Dos gotas de agua
vertidas en la rosa
se conjugaron
perfume de esperanza
esencia que germina.
En el silencio
se cantan sinfonías
de amor y gloria
despertando en las almas
perfumes de esperanza.