Mauricio Zapata
En los últimos 24 años ha pasado lo mismo: el grueso de la población vota con el hígado.
Me refiero a que su presencia en las urnas se debe a un hartazgo, y más que sufragar a favor de alguien en especial, lo hace en contra de…
Lo vimos en el dos mil. La gente acudió a las urnas, y en una jornada histórica les dijo adiós a 80 años de hegemonía tricolor.
Las cosas no resultaron como se esperaban. Porque, además, lamentablemente, en esa ocasión, el PRI había lanzado a un personaje que hubiese dado mejores resultados como gobernante. Como candidato fue malo.
En el 2012, pasó lo mismo. Se votó a favor de una excelente mercadotecnia, dejando a un lado a una candidata que merecía más y que como Presidenta pudo haber hecho una gran diferencia.
Y hace seis años pasó lo mismo: la población retó al régimen, harta de la corrupción y los viejos vicios y le dio el “sí” a un excelente candidato, que, a la fecha, ha resultado un fiasco como gobernante.
Si nos vamos a lo local, pasa lo mismo.
En el 2016, por ejemplo, ganó un fuerte hartazgo. La población tamaulipeca le dijo no al viejo sistema y emprendió una nueva aventura con algo diferente que se le presentaba. Y se llevó un fiasco.
En Victoria, en el 2018, los capitalinos votaron por un candidato bonachón, con una campaña diferente, con un discurso combativo, y ¡pum! nos enfrentamos al peor alcalde que ha tenido esta ciudad.
En suma: el mejor aliado electoral de algunos se llama “resentimiento social”. Y no siempre ha sido la mejor “propuesta” de campaña.
En muchas ocasiones, no solo aquí, sino en otras entidades o municipios del país ha dado resultados electorales, pero no gubernamentales
Ejemplos hay muchos: Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Sonora y uno de los más significativos, Nuevo León.
Pero esto se debe también a que no analizamos bien el voto. Que en ocasiones nos fijamos más en la mercadotecnia del candidato que en su propuesta, discurso y viabilidad de su proyecto de trabajo.
Que nos fijamos más en que si es bravo o combativo, que en su congruencia de ideas. Que nos llama más la atención su slogan que su mensaje.
Esto debe acabar. La gente debe cambiar ese esquema y analizar bien que es lo que más le conviene a su comunidad.
Ya no estamos para experimentos electorales.
EN CINCO PALABRAS.- Los cambios deben ser postivos.
PUNTO FINAL.- “Hasta en los micros hay rutas”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata