Rogelio Rodríguez Mendoza.-
En Morena inicio la disputa interna por las candidaturas. Este lunes
les dieron luz verde a quienes aspiran a gobernar sus municipios a partir de
octubre del 2024.
Por supuesto que, la luz verde también incluyó a los alcaldes en
funciones que quieren reelegirse. De hecho, es en esos territorios, que ya
están bajo el dominio de Morena, donde se le podría hacer bolas el engrudo
a las cúpulas del partido gobernante.
Las razones son dos: una, sobran los aspirantes; y dos, los ediles en
funciones, o quieren reelegirse o bien quieren imponer a sus herederos,
olvidándose de aquello de, “alcalde no pone alcalde”.
Los primeros en registrarse formalmente para buscar la reelección
fueron Carmen Lilia Canturosas Villarreal, de Nuevo Laredo, y el de Victoria.
La edil neolaredense es la única que no tendrá ningún problema para
obtener la candidatura ni para mantenerse al frente del gobierno del
municipio fronterizo más importante del país. Todas las encuestas la ubican
como la alcaldesa mejor evaluada a nivel nacional.
A ello, hay que sumarle la transformación que ha registrado Nuevo
Laredo durante los tres últimos años, con una inversión pública sin
precedentes.
Los problemas para Morena están en otros municipios, como Victoria,
Reynosa, Madero y Altamira, donde sobran suspirantes dispuestos a
disputarle la estafeta a los alcaldes en funciones.
En la capital del estado, por ejemplo, “hasta el más pelón se anda
queriendo peinar para atrás”. Del largo listado de aspirantes lo encabeza el
diputado local, José Braña Mojica, quien sigue apostando sus posibilidades
al parentesco de sobrino del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, Braña anda decidido a rebasar las jerarquías locales para
buscar en Palacio Nacional el “padrinazgo” para su proyecto. No cree a
quienes, desde la dirigencia local de Morena, le advierten que el respaldo
del gobernador, Américo Villarreal Anaya, lo tiene otro.
En Reynosa, el aval a, Carlos Peña Ortiz, para que busque la
reelección dependerá de qué tanto su mamá, Maki Esther Ortiz Domínguez,
entra en razón para entender que los dos no podrán figurar en la boleta
electoral para el 2024. O es uno o es otro, pero no los dos.
En Madero, Adrián Oseguera Kernion, se obstina en que su hermano,
Abel, sea el abanderado, a pesar de que, desde la dirigencia nacional de
Morena, que todavía tutela Mario Delgado, impulsan al diputado federal,
Erasmo González Robledo.
Peor aún están las cosas en ese municipio porque, el edil en
funciones también quiere ser candidato a la diputación federal. Igual que
Doña Maki, quieren todo para el clan familiar.
También el alcalde de Altamira, Armando Manríquez Martínez,
presume que ya tiene el aval de las cúpulas del partido guinda para buscar
la reelección, pero la realidad es que nada está definido porque todo
dependerá de la evaluación de riesgos de una derrota.
Resulta que, en las dirigencias de Morena andan preocupados porque
el Frente Amplio integrado por PAN, PRI, y PRD, están armando un cuadro
muy competitivo con personajes que, aunque caciques de la zona, podrían
garantizar un triunfo en las urnas. Es el caso de Juan Genaro de la Portilla y
Juvenal Hernández Llanos, ambos exalcaldes.
Aunque en Matamoros, el presidente municipal, Mario “La Borrega”
López, ya agotó sus seis años en el cargo, está convertido en un problema
para su partido, porque se aferra a que el candidato a sucederlo sea su
secretario de Bienestar Social, Carlos Ballesteros Gálvez, desafiando la
línea salida desde el 15 Juárez para que el abanderado sea el diputado
local, Alberto Granados Favila.
ASI ANDAN LAS COSAS.