mayo 27, 2025
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Mauricio Zapata

Entre tragos y dudas

mayo 25, 2025 | 288 vistas

Mauricio Zapata

La reciente aprobación de la ley que reduce los niveles permitidos de alcohol en la sangre para conductores en Tamaulipas ha provocado un vaivén de opiniones. Para algunos, es una medida necesaria, urgente. Para otros, una exageración que raya en el absurdo.

Y como todo lo que incomoda, genera versiones encontradas.

Los que están a favor argumentan que puede salvar vidas. Que cada punto menos en el alcoholímetro es un punto más a favor de la prevención. Que ya era hora de actuar antes de lamentar. Y no les falta razón.

Los que están en contra ven otra cosa. Dicen que es una medida hecha desde el escritorio, sin tomar en cuenta la realidad de quienes salen del trabajo y se toman “una o dos”. Que es fácil legislar desde la comodidad y muy difícil aplicar sin abusos.

Y es que pudiera ser un limitante para salir a comer a un restaurante y tomarse una cerveza con la comida. Y entonces ya habrá un sector que pierda.

Y ahí es donde se activa la alarma.

Porque si bien esta ley tiene un objetivo noble —evitar accidentes y tragedias— también corre el riesgo de volverse un arma más para el “usted ya sabe qué”. Un motivo más para que el agente de tránsito tenga “dientes”. Pero no para morder el problema, sino para morder otra cosa.

El temor no es infundado. En Tamaulipas, como en muchas otras partes del país, la cultura de la mordida sigue viva. Y cuando se combinan leyes estrictas con prácticas laxas, el resultado suele ser el contrario al esperado.

Aun así, la ley ya está. Se puede criticar, debatir, cuestionar… pero ya es un hecho. Y como todo hecho, obliga a adaptarse. Habrá que pensarlo dos veces antes de tomar el volante con una copa encima. Quizás eso, en el fondo, no esté tan mal.

Ojalá esta nueva regulación no se convierta en una excusa para llenar las arcas de unos cuantos. Que, en lugar de servir al cinismo de la calle, sirva al bien común. Que no se use para extorsionar, sino para proteger.

Porque si de algo estamos cansados los ciudadanos, es de que las buenas intenciones acaben en malas prácticas.

Ya veremos si esta medida termina salvando vidas o alimentando vicios.

EN CINCO PALABRAS.- A designar a conductores “resignados”.

PUNTO FINAL.- “No hay ley más injusta que la que se aplica según la cara del cliente”: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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