noviembre 21, 2024
Publicidad
Dhena Mansur Sánchez

¿Envidias o admiras?

noviembre 4, 2024 | 87 vistas

Dhena Mansur Sánchez

 

Seguramente han leído o escuchado mucho esa recomendación que nos pide guardarnos todo deseo, plan o proyecto, esa de no contárselo a nadie hasta que veas tu sueño o proyecto aterrizado. ¿Cómo va a estar bien eso?

Que mejor solo se lo cuentes a tus seres queridos más cercanos, es decir, a tu padre, madre y san se acabó, eso en caso de que quieras lograrlo y, por el contrario, si quieres que se te cebe pues grítalo a los cuatro vientos y verás que en menos de lo que canta un gallo cómo todo se te viene abajo.

Esto nos habla de un mundo totalmente envidioso, en donde ya no podemos hacer lo normal, esto sería platicar entusiasmados e ilusionados todo eso que nos gustaría lograr o cuales son nuestros mayores deseos ya sea a nivel profesional, económico o afectivo.

El nombre de mi escrito en esta ocasión incluye lo que pudiéramos llamar dos verbos con su respectivo antónimo, me refiero a la acción totalmente opuesta.

Estos verbos, el de admirar y el de envidiar son emociones que tienen la capacidad de alterar como percibimos la realidad y ver a la otra persona diferente a como realmente es.

Por ejemplo, en el caso de la envidia se subestima todo el esmero y el mérito de la otra persona, y en la admiración por el contrario se sobre estima.

El que envidia te observa para destruirte mientras que el que te admira te observa para aprender ¿Qué diferencia verdad?

Quienes son envidiosos viven en constante comparación con quienes perciben que tienen más cosas que ellos, es por eso que mucho se dice que el que envidia nunca podrá ser feliz porque al compararse se auto calificará como una persona miserable y eso le traerá mucha tristeza y sentimientos de insatisfacción consigo mismos, incluso hay quienes podrán verlo como divertido en su momento o hasta entretenido pero llegado el momento de reflexión definitivamente el desearle el mal a esa persona que ellos perciben en una mejor situación, solo les impedirá ser felices ya que felicidad no es tenerlo todo como ellos lo creen.

Aquí lo más impresionante y que nos debe realmente sentar a pensar, son los alcances de dicho pecado capital, el de envidiar, alguien que envidia puede llegar a sentir de manera instantánea hasta un rechazo hacia la otra persona, mientras que por el lado contrario alguien que siente admiración, genera una sensación de interés, curiosidad y hasta deseos de acercarse a esa persona a la cual admira.

Ahora entiendo porque vivimos en un mundo dividido, por esa percepción que tiene cada quien hacia su prójimo ya sea la de envidiar o la de admirar.

En conclusión, algo que tiene que decirse es que las cualidades deben ser admiradas, las tenga quien las tenga, pero hoy en día quien sobresale es rechazado, ignorado y hasta excluido. ¿Qué tal? Otro ejemplo muy común, los logros minimizados, esos que cuando quien los tiene nadie los pregona, pero es lamentablemente el mundo en el cual vivimos en donde lejos de admirar criticamos maneras genuinas de ser, inventamos fallas y nos acordamos de algo malo de alguien en vez de acordarnos de tantas cosas buenas que hemos vivido con ese alguien.

Como dice el dicho: Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!”

La envidia nunca te hará alguien mejor como piensas, en el momento de envidiar tu solo te estás haciendo menos, mientras que, al momento de admirar, ocurre un ejercicio doble, potenciar a la persona admirada al grado de cambiar su vida y quien admira aprenderá de ella en vez de sentirte inferior optando por envidiarla.

Así que la tarea de este martes es admirar en vez de envidiar y quiero que cuando me vean en la calle me platiquen que tal se sintieron, yo ya te estoy admirando por practicar el hábito de la lectura. ¡Gracias!

X: @DhenaMansur

Comentarios

MÁs Columnas

Más del Autor

La leyenda viviente

Por Dhena Mansur Sánchez

¿Vivo o muerto?

Por Dhena Mansur Sánchez