Tan solo en México, el 25 por ciento de las personas entre 18 y 65 años padece algún problema de salud mental. Tristemente, solo el tres por ciento busca atención médica, esto lo señala el Dr. Marcelo Valencia, investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF). En el mundo, el número es todavía más alarmante: 450 millones de personas viven afectadas por trastornos mentales, siendo los más comunes la depresión, la bipolaridad y la esquizofrenia.
Quien les escribe conoce bien los obstáculos que suponen para la funcionalidad los signos y síntomas de este tipo de enfermedades y he buscado por años, incansablemente, algún tipo de tratamiento que mejore mi estado anímico, desde una recuperación funcional que me permita, de lleno, integrarme a mi entorno social y familiar de manera positiva y ser productivo a la vez; lo he conseguido en ocasiones, muchas, pero, le confieso, no siempre con el éxito esperado. Así que, estimadx lector, esta columna va dedicada a todos aquellos que diariamente luchamos porque nuestro día sea mejor al anterior, especialmente, cuando las crisis o episodios arrecian y todo, todo, todo parece oscuro y sin una probable solución.
Hace pocos días leía una columna del New York Times cuyo título, de entrada, alentó mi curiosidad: “¿Estamos hablando demasiado de salud mental?” SI bien, la autora, Ellen Barry, se hacía esta pregunta con la finalidad de situar en el centro del debate la desinformación a la que muchos jóvenes están hoy expuestos a través de las redes sociales, como TIKTok, y que, en ocasiones, en cuestión de minutos, les presentan videos que exponen la sintomatología de algunos trastornos mentales, y que los mismos jóvenes, sin consultar a un profesional de la salud, se auto asignan, en medio de una confusión que los puede llevar a creer que padecen tal o cual enfermedad, es cierto que en países desarrollados hace ya algún tiempo que las sociedades se han sensibilizado e informado más acerca de los trastornos que afectan la salud mental. Hay campañas constantes, acompañamiento escolar desde las infancias, incluso recuerdo al Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, ya en 2017, salir en televisión nacional a inaugurar el Mes de la Conciencia sobre la Salud Mental, que, de hecho, se lleva a cabo anualmente, en Canadá, durante el mes de mayo.
Los factores socio ambientales, el involucramiento de la familia y la pisco educación, todo ello coordinado por un especialista, contribuye de forma eficaz en el tratamiento y prevención de las enfermedades de salud mental. La también investigadora del INPRF, la Dra. María Elena Medina Mora, hace hincapié en los avances notables y recientes de la medicina psiquiátrica, ya que existen fármacos de nueva generación que causan mucho menos efectos secundarios y son ideales, siempre prescritos por un médico psiquiatra registrado, para la estabilidad emocional y mental de los pacientes, además de prevenir hospitalizaciones o recaídas.
El Centro de Atención Ciudadana la Línea de la Vida, que escuchamos a menudo en los medios de comunicación, pone a disposición de quien lo necesite, las 24 horas del día, los 365 días del año, el número –y le ruego, lo guarde y tenga a la mano–, 800 911 2000, que brinda atención personalizada a personas en riesgo de consumo u abuso de sustancias psicoactivas y, muy importante puntualizarlo, también en la atención de la salud mental. A través de un grupo de especialistas ofrece información sobre el uso de sustancias y problemas de salud mental al público en general, atención a las personas o familiares con algún problema relacionado a salud mental, como ansiedad, depresión, riesgo suicida o crisis emocionales mediante intervenciones breves y, de ser necesario, derivación y referencia de casos más severos que requieren una intervención presencial en centros de salud especializados.
La Secretaría de Educación de Tamaulipas ha hecho lo propio a partir de la creación del primer Centro de Atención Socioemocional para las y los trabajadores de la Educación, y es importante destacarlo también porque esta herramienta, lanzada apenas el año pasado, permite que las maestras, maestros, personal administrativo y de apoyo de la SET cuenten con atención gratuita ante problemas psicosociales y socioemocionales a través de servicios de asistencia telefónica del Centro de Atención Socioemocional (CASE) “Te escucho”. Estos servicios, considerados de primeros auxilios psicológicos, están disponibles comunicándose al número 834 689 0207, donde encontrarán del otro lado del teléfono a un profesional en psicología que les escuchará y agendará dos llamadas posteriores de seguimiento o en caso de detectar alguna sintomatología que demande otro tipo de atención profesional se ofrecerán recomendaciones de las instancias a las que se puede acudir.
Grupos de terapia de autoayuda como Neuróticos Anónimos son también de indudable apoyo en momentos críticos, y en nuestra ciudad contamos con una sala de estos grupos y aquí le compartiré también el número telefónico: 834 404 6288.
No quiero concluir estas líneas, estimadx lector, sin antes refrendarle que hay esperanza, aunque los trastornos del ánimo pueden minar la productividad de una persona adulta hasta en un 60 por ciento, su detección temprana y tratamiento puede significar una diferencia notable en la vida de quienes los padecen. Dejemos atrás los tiempos en que acudir a un psiquiatrx o psicólogx era señal de debilidad o locura y temíamos exhibirnos como tales si buscábamos la ayuda necesaria. Me aventuraría a decir que buscar la ayuda, cuando creemos necesitarla, cuando estamos al borde del abismo, es señal de nuestra propia fuerza interna y de una valentía como no existe ninguna otra. Le comparto como siempre, agradecido por su lectura, mi correo electrónico: [email protected]