Al grito enérgico de “es tiempo de las mujeres”, la capitana del equipo de ocho, montadas a caballo, daba la voz de arranque a su presentación, esto justo al momento en que, sin titubeos, bajaba su mano derecha sobre la bestia, con la cual empuñaba una vara.
Es así como arrancaba una serie de ejercicios coordinados, realizados con toda concentración y destreza de la mujer, que ataviada con un precioso vestido charro o de adelita, ejecutaba desde los lomos de su imponente caballo a toda velocidad en la arena del majestuoso lienzo charro, a este ejemplar grupo de damas le conocemos como escaramuza.
Es que el pasado fin de semana, en las instalaciones del Lienzo Charro de Tamatán, se llevó a cabo la primera fase del campeonato estatal de escaramuzas, Tamaulipas 2024.
Fueron nueve equipos de los municipios de Matamoros, Reynosa, El Mante, Tampico y Victoria que se encontraron para que jueces y juezas hicieran un gran trabajo de calificación, ya que el nivel deportivo mostrado por estas damas, rebasó toda expectativa de quienes se dieron cita y presenciaron dicho espectáculo.
El papel de la mujer en la vida cotidiana de nuestro entorno ha cambiado a pasos agigantados; es en 1953 cuando se ve por primera vez a mujeres participando en actividades ecuestres dentro de un lienzo, justamente en el año en que se publicaba el decreto que les permitiría votar y ser votadas.
El participar en áreas donde se toman decisiones se lo han ganado a pulso, la mejor prueba de ello es que ahora mismo tenemos en una mujer, a la virtual Presidenta de nuestro país.
En la charrería no puede ser la excepción, sin su participación como esposa, madre, hija, amiga, hermana y como competidoras, honestamente los lienzos charros estarían vacíos.
Desde 1989 es que la Federación Mexicana de Charrería expide el reglamento para regular las competencias charras de mujeres, las representaciones de las escaramuzas constan de doce ejercicios que a toda velocidad de los caballos ejecutan a lo largo y ancho del lienzo, puntas, cruces, giros y la mejor pieza conocida como el abanico, que cuando el espectador lo admira, vibra de emoción y hasta su piel se eriza.
La siguiente fase de este campeonato está programada para llevarse a cabo los días 6 y 7 de julio, lo que promete será al igual que la anterior, todo un éxito.
La charrería, el deporte nacional por excelencia, congrega a todo tipo de personas; es parte de la cultura mexicana, nos brinda identidad y se ha trasmitido por generaciones; fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y es sin duda una gran manifestación cultural viva de nuestro México.
Y al ritmo de la música ranchera de fondo, hay dieciséis corazones latiendo fuerte en el ruedo, con una concentración impecable, ellas, con esos elegantes vestidos, botas y sombrero charro; sus compañeros de faena, ajuarados con la mejor montura albarda, los arreos combinados con el vestido que cubre parte de la enanca, brindan al respetable público su mejor espectáculo, familias completas que sin importar las reglas y calificaciones, disfrutan y aplauden a las escaramuzas, las mujeres charras.
Hasta la próxima.