Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Han surgido desde que las “corcholatas” de Morena le apostaron a la unidad, pero al mismo tiempo se pusieron en pie de guerra, dos percepciones sociales y políticas.
Una, la política, se hace ver con un peso cuyas “convicciones” son el equivalente a una palabrería hueca, o casi-casi a un estilo de charlatanería que, olvidando su pasado, ignoran que este los marcará para siempre.
Esa percepción viene del grupo opositor que, repito, en el pasado dejó caer el poder del autoritarismo contra un pueblo literalmente indefenso y aturdido, ahora rencoroso por aquellos desplantes donde los de arriba solían contar el dinero –impúdicamente- delante de las masas empobrecidas.
Solían aparecer valientes periodistas que exhibían pruebas de que los otrora poderosos, hoy opositores, “demócratas” y “patriotas”, se estrenaban mansiones cuyos costos oscilaban entre los 20 y 50 millones de pesos.
Sin contar los viajes al extranjero, en vuelos privados, hoteles de lujo, compra de joyería y ropa fina, comidas exóticas y los vinos más caros, todo a cargo del erario de ese pueblo que veía, completamente desarmado, como hasta el fondo de la sociedad llegaba el saqueo cínico y despiadado.
Y resulta que hoy lloran, pero no piden perdón, y mucho menos se reconcilian con el pueblo, aunque, eso sí, les vale hacer el ridículo y se disponen a pedirle el voto a esas masas que ellos depauperaron, arruinaron, sometieron y humillaron, dejándolas en la pobreza.
Esa “clase política” es la que tiene la percepción de que AMLO, Morena y las “corcholatas” están desde hace unos días cometiendo delitos electorales. Sin embargo, sean ciertas o equivocadas las percepciones de estos opositores, lo primero es lo primero: ¿Dónde está la justicia que predican si no devuelven (y no es broma) lo que se robaron a manos llenas, ni tampoco les interesa ponerse en paz con el país? ¿No que el buen juez por su casa empieza?
LA TIERRA PROMETIDA Y EL BENEFICIO DE LA DUDA
La otra percepción (la mayor) es la del pueblo. El mismo que desde hace tantas décadas escuchó que los gobiernos “hacían justicia”, pero que esta nunca llegaba a sus casas y bolsillos, y que ahora por lo menos finca una esperanza de que la riqueza del país –de una u otra forma– contribuirá a su desarrollo.
Porque los anteriores gobiernos (neoliberales) decían lo mismo, juraban que harían llegar la justicia social, pero esta, repito, nunca aparecía.
No creo entonces que a ese pueblo le pudiese llegar a interesar que las acusaciones opositoras de que Morena está cometiendo actos anticipados de campaña, sean tan graves. La gente quiere justicia, no leyes hipócritas.
¿Es el pueblo o es Morena quienes incurren en la apología del delito electoral? No creo que sea ninguno de los dos.
Y no lo creo mientras las gigantescas deudas sociales de los neoliberales no se salden a favor del pueblo de México. Porque el día que lo hagan, ¡cuando paguen!, con todos los intereses acumulados y recargos pendientes, -todas y todos- nos volveremos neoliberales de hueso colorado.
Ese día, no obstante, nunca llegará, a pesar de que nos quieran hacer creer que sus permanentes ataques de nervios, crispaciones y “angustias” son tan patriotas, como sus promesas de que a cambio nos tienen reservada la “tierra prometida” y el gozo inmarcesible que, según ellos, AMLO y “corcholatas” nunca nos darán a cambio de mantenerlos en el poder.
Sin embargo, oiga usted, estos últimos tienen por lo menos el beneficio de la duda, creyéndoles que aún existe el Estado mexicano.
GATTÁS RESPONDE AL LLAMADO DE LA CIUDADANÍA
Con la participación de los vecinos del fraccionamiento Las Flores y directivos de un plantel educativo, el alcalde Eduardo Gattás Báez atendió las denuncias en el marco de la Mesa de Seguridad, comprometiéndose a dar voz y solución inmediata a las demandas ciudadanas.
Gattás y las autoridades responsables acordaron reforzar la seguridad con la instalación de torres de vigilancia y rondines más continuos por ambos sectores de la ciudad y frenar la incidencia delictiva.
¡Feliz miércoles!
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