A Yuriria Iturbe Vázquez, líder estatal de Morena, le traicionó el subconsciente. Al hacer notar que 600 ciudadanos, entre morenitas y externos, tomaron el curso para reunir los requisitos y optar por una candidatura, no vacilóen hacer “para evitar traiciones”. Hay un hecho, indiscutible: la traición política es una conducta de muchos años, siglos pues. Y sus razones, en la práctica, solo hay dos: la ambición de poder y, en ciertos casos, la extorsión o chantaje.
Bien que lo sabe Yuriria: su partido en la entidad sufre las consecuencias de un par de traiciones. Creo que nunca lo van a olvidar: pensando que ya tenían todo para ejercer el poder, no se percataron de las traiciones, que se dieron prácticamente ante de iniciar las sesiones legislativas… presumiendo, en serio, que eran mayoría: no contaron con el brinco de dos mujeres a las filas del PAN. A partir de ahí, los tamaulipecos, padecemos un Congreso desastroso.
LAS RAZONES
Cuando Yuriria afirma que los cursos básicos y de formación política tienen como fin evitar las traiciones, solo tiene una base: que cada persona, en este caso los de Morena y sus aliados, tengan una sólida formación política-ideológica, de tal forma que sus ideas sean más fuertes que los motivos o razones que, unos y otros, asumen para traicionar a un amigo o a una organización. Morena ha sido traicionada, una y otra vez, pero también la han propiciado.
A lo largo del sexenio de AMLO hemos visto como, un buen número de exgobernadores, de priistas como panistas, se convierten en embajadores de la 4T. Los motivos, sin mucho pensarlo, es porque traicionaron a su partido; se convirtieron en entes pasivos, dejando eso sí, que quienes tienen poder de Morena, como el Presidente mismo, operara a favor de sus candidatos. Dejaron solos a sus candidatos y perdieron; pero ellos, es obvio, siguen gozando de las mieles del triunfo. El último, el exgobernador de Hidalgo, fue justificado por AMLO: se la debía, así de simple pago traiciones.
MORENA TIENE LA CULPA
Las traiciones de que habla Yuriria no vienen solas. Hay una razón básica: para ganar AMLO abrió las puertas de Morena, a todo mundo, sin importar color o antecedentes, solo quería sumar y sumar para ganar la elección. La misma Yuriria lo hace notar: 600 tomaron el curso y el 30 por ciento, afirma, son externos. No hay criba, lo que importa es que lleguen con recursos y gente. Por eso, en las notas informativas con motivo de los registros para ser candidatos, unas anteponen: el expanista, el expriista, el experredista. Traicionaron una vez, hagan de cuenta, lo harán de nuevo.
Los filtros de Morena, por decir, para elegir a un candidato son válidos, puesto que están en sus estatutos: por encuestas cuando se tratan candidatos de mayoría; y por la tómbola cuando son de representación proporcional. Y se anotan muchos, como bien escribe un colega, porque para ser legislador no se requiere preparación… en el caso de Tamaulipas la Constitución apunta: disponer de suficiente instrucción, no dice si kínder, secundaria, universitaria, ni pensar en maestrías y doctorados. Medio mundo sabe que hoy en día, la condición básica que AMLO pide a sus colaboradores es sumisión, incondicional…que sea para ellos un honor recibir órdenes, instrucciones, de Obrador.
AMBICIONES DESBORDADAS
Hicieron el curso 600 ciudadanos. Y para cada elección, ya lo dijo Yuriria: de los inscritos solo van a quedar cuatro, que son los que van a participar en la respectiva encuesta. En los de representación proporcional, se entiende, basta con que cumplan los requisitos y participaran en la tómbola, la fortuna o suerte política.
Las ambiciones están desbordadas. Sin la menor duda, todos, pero todos, están en su derecho a participar, tienen el derecho a votar y ser votadas. Hasta ahí, todo bien. Se notan las ambiciones desbordadas en quienes, sin tener un trabajo previo político, sin tener capital o presencia política, se animan a participar en una encuesta. Felipe Garza Narváez siendo un externo participóen una elección interna para ocupar una candidatura: los morenistas no lo conocían, y si lo conocían, un poco peor, el caso es que no recibió votos.
En el caso de la encuesta para senadores, obvio, Olga Sosa y Maki son más conocidas que Úrsula Salazar y Paola López; y en el caso de los hombres, a José Ramón Gómez Leal lo conocen hasta las piedras a lo largo y ancho del estado. ¿Quién conoce a Antonio Batarse Ferrel?, hasta donde se sabe, tiene un cargo en el Verde tamaulipeco y hace buenas migas con los morenos de la CDMX. ¿Sera suficiente para ganar la encuesta?