Oscar Pineda.-
Era cuestión de tiempo para que la violencia subiera de nivel en el Congreso del Estado, en donde tristemente nadie gana, o mejor dicho todos pierden.
Desde el inicio de la 65 Legislatura los diputados de los dos grupos mayoritarios han caminado en una línea sumamente delgada entre las agresiones verbales y los golpes bajos.
Todo comenzó como un juego de niños malcriados jugando a imponer su voluntad; lo primero fueron las indirectas desde la tribuna; luego vinieron las luchas verbales, de curul a curul hasta llegar la destrucción de micrófonos y robo de objetos personales.
Pero lo ocurrido ayer debería encender las luces de alarma no solo en el Congreso, también en el Gobierno del Estado y en el Poder Judicial, porque lo que sigue es que ocurra una tragedia que nadie desea.
Aunque en lo personal no estoy de acuerdo con el secuestro de los edificios públicos, en este caso el Congreso, es un derecho de los diputados a manifestarse, siempre y cuando sea de manera pacífica.
La política definitivamente es un arte que debe ejecutarse con la cabeza fría, pero eso no lo asimiló la diputada de Matamoros, Leticia Sánchez Guillermo, quien se dejó llevar por la pasión y terminó por agredir físicamente al periodista y director de la Unidad de Comunicación Social del Congreso del Estado, José Inés Figueroa Vitela.
Nada, ni siquiera una causa justa como es el reclamo de los derechos humanos y políticos, le da derecho a utilizar la violencia.
Los periodistas, y creo que José Inés no es la excepción, estamos acostumbrados a los empujones y hasta a las groserías, pero la agresión de la diputada no solo fue alevosa, sino también abusiva, porque sabía perfectamente que el comunicador no se defendería y ella se aprovechó de su condición de diputada.
En fin, como periodistas condenamos y condenaremos este tipo de atropellos. Anoche trascendió que Figueroa Vitela habría interpuesto una denuncia penal por estos hechos que quedaron registrados en video, también se dijo que la diputada haría lo propio.
Respecto a la decisión del grupo parlamentario del PAN de tomar por asalto el Palacio Legislativo, me parece que aunque les asista la razón, avalada ésta por una resolución del Tribunal Electoral, se deben calcular los riesgos y evitar a toda costa la confrontación.
¿Se imaginan si al momento de los empujones y la bofetada contra José Inés hubieran estado dentro del Congreso los ciudadanos que enviaron los diputados de Morena para chocar con los panistas? Se hubiera armado la de Dios es Padre y quién sabe con qué consecuencias.
EL PERSONAJE
Dicen que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. En Reynosa el alcalde Carlos Peña Ortiz tuvo que sesionar a distancia, metido quién sabe en qué ciudad de Estados Unidos, porque no puede andar en la calle sin el temor de que se lo lleven preso los ministeriales.
Y el temor no es para menos, pues finalmente se le agotaron los recursos legales para evitar ser aprehendido por la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas. Una vez me dijo un alcalde que también era perseguido, no sabes lo que se siente tener a los policías respirándote en la nuca y afuera de tu casa.
Por cierto, si el tema es que están reviviendo las órdenes de aprehensión, la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmenlilia Canturosas debería traer bien actualizados sus amparos, ya ven que también la traían entre ceja y ceja en la FGJT.
POSDATA
Para celebrar, el convenio de colaboración que firmaron los gobernadores de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí y Nuevo León para garantizar la paz y la seguridad… mañana abundaremos sobre el tema, por lo pronto enhorabuena.