diciembre 15, 2024
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Melitón Guevara Castillo

Ganar perdiendo

diciembre 1, 2023 | 317 vistas

Melitón Guevara Castillo.-

En la vida hay binarios: como ganar y perder, bueno y malo, duro y blando, negro y blanco. Me interesa, para comentar hoy, el tema de que todos en cada uno de nuestros hechos o acontecimientos diarios ganamos o perdemos, de que incluso lo que para unos es el éxito y para otros el fracaso. Por ejemplo, en un deporte, siempre hay un triunfador y un derrotado. Hay, sin embargo, una expresión: ganar perdiendo o perdiendo ganar. En la política nos cuentan que unos, pierden porque de esa manera ganan.

En cuestión de negocios, por ejemplo, si no hay ganancias, se está perdiendo. Sin embargo, un día Álvaro Garza Cantú, empresario y político tampiqueño, me dijo: en una constructora puede uno no tener ganancias, si obtienes un contrato y sales más o menos tablas, es decir, que no ganaste, pero tampoco perdiste, que en realidad se ganó. ¿Cómo?, le pregunté. Porque permitió mantener a las cuadrillas de trabajadores, cubrir sus pagos y gastos. En caso contrario, hubiera sido necesario despedir a los trabajadores y, en su caso, hasta. indemnizarlos.

GANAR GANAR

En el ejercicio de la política, es cierto, también hay triunfos y derrotas. En ciertos periodos, por ejemplo, la derrota significaba un exilio político. En la práctica, sin embargo, en la política casi todos ganan. El titular de Ejecutivo, sea federal, estatal o municipal, así como sus más cercanos colaboradores, ganan porque tienen atribuciones, funciones y recursos, y las más de las veces, con esto tienen para ganar, por decir, dinero y prebendas en especie. Por eso, con la corrupción e impunidad, siempre se habló de que había una hornada de “nuevos ricos sexenales”. Y es que, el pastel, es tan grande, que alcanza sino para todos, sí para muchos.

El ejercicio del poder conlleva ciertas prácticas, como el nepotismo y el compadrazgo; con el primero se favorece a los familiares, basta dar una revisada a la lista de servidores públicos y vemos el enlace de apellidos del poder; con el compadrazgo, es gobernar con los amigos. Bien por eso, el cuento de cuando el Gobernador llegó a un restaurant y saludó a uno de sus compadres: ¿Tú no quieres chamba?, no me has ido a ver. Y el compadre le replicó: no, no quiero, lo único que te pido es que nunca me niegues el saludo, yo me encargó de los demás: hagan de cuenta, tráfico de influencias, como es costumbre hagan los familiares de quien detenta el poder, en caso de que no tengan responsabilidades públicas.

PERDIENDO Y GANAR

Un ejemplo de cómo se puede ganar perdiendo, siempre lo tomo de lo que le sucedió a Ramón Duron Ruiz (+). Cuando fue el preámbulo de la elección de Manuel Cavazos Lerma sus simpatías estaban con otro aspirante. Así que al concluir su tarea como Presidente Municipal y MCL asumió el poder se fue al Distrito Federal, hoy CDMX. Se la pasó estudiando su doctorado y desarrollando su trabajo como propagandista de El Filósofo de Güemez: perdió en la praxis política, pero ganó en su certificación académica y, además, consolidó su proyecto editorial… Claro, ya luego de nuevo incursionaría en política, hasta que un accidente automovilístico le cortó la vida.

Otro ejemplo, más reciente, sin duda fue hace un poco más de seis años: Ricardo Monreal era titular de la Delegación Cuauhtémoc y quería ser el jefe de la CDMX; perdió la encuesta con Claudia Sheinbaum, pero ganó en las negociaciones un escaño senatorial y el liderazgo legislativo. Perdió la precandidatura presidencial, volvió a perder precandidatura de CDMX, pero si algo tiene es ser un operador político: por eso Sandra Cuevas ganó la Cuauhtémoc, y ahora que, hagan de cuenta, Ricardo no tiene futuro regresara al Senado y ya impulsa a su hija Catalina, para que sea la delegada de Cuauhtémoc.

GANAR PARA PERDER

La costumbre del ejercicio del poder es que cuando llega un nuevo gobernador, los que tienen responsabilidades políticas o administrativas, si no son del equipo, presentan su renuncia, hagan de cuenta, como una cortesía política. Todo mundo sabe que Guillermo Mendoza Cavazos el rector no es de la 4T. Pero al igual que otros (jueces y magistrados del Poder Judicial, los fiscales entre otros) prefirió aguantar, atrincherarse, resistir pues y hacer como que somos amigos, pero solo en ciertas cosas. Así, con acusaciones mediáticas aguantó, hasta que las cuentas no salieron y la cuerda se reventó.

Aguantó poco más de un año, ya no aguantó las presiones del poder, y se ha publicitado que este viernes presenta su renuncia ante una reunión extraordinaria de la Asamblea Universitaria. Perdiendo en la política, quiso ganar, sostenerse en la rectoría. Las señales indican que el próximo rector interino puede ser Dámaso Anaya, que fungía como secretario de Desarrollo Rural. Así, en la viña del Señor, unos ganan, ganan como sería el caso de Dámaso, si es que se convierte en Rector de la UAT; y otros, como Guillermo, pretendiendo ganar, ya perdió.

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