Ma. Teresa Medina Marroquín
A propósito de la visita a Tamaulipas del presidente Andrés Manuel López Obrador y la bienvenida que le ofreció el gobernador Américo Villarreal Anaya, valdría la pena no precisamente hacer un recuento de toda su agenda e itinerario, sino de los aspectos fundamentales que lo llevaron a realizar su (si no me equivoco) sexta visita a nuestra entidad.
Antes es relevante advertir que la lucha de AMLO, la que se ha propuesto en su insólita ruta del cambio, llamada 4T (Cuarta Transformación), difícilmente será discernida por millones de mexicanos.
La que es rechazada absolutamente, claro está, por quienes desde la oposición, personajes de mucho dinero, lo han enfrentado en forma muy violenta, en medio de intemperancias y desvergüenzas, intentando conservar y jamás romper con la inercia deliberada de “lo mismo de siempre”, impuesto por un pasado poderoso, autoritario y corrupto.
Ni modo, el Presidente de la República pasará a la historia como un político cuyo juicio, hecho por apenas un grupo de 20 multimillonarios, dio la impresión que fue llevado a cabo por millones de personas.
Pero, ¿al mismo tiempo estamos hablando como si este tabasqueño de 69 años no haya tenido errores en lo que va de los cuatro años y seis meses de mandato constitucional? Aquí no se ha dicho eso.
Lo que sí sucede –por la polarización que se vive a nivel país– es la encrucijada a la que nos han arrastrado los neoliberales aferrados a no querer perder sus privilegios. Una guerra, literalmente hablando.
No son el PAN, el PRI o el PRD, los que se resisten a los cambios de fondo como la mayoría supone, sino los mafiosos que tienen secuestrados a estos institutos políticos, cuya relevancia histórica (sumados sus desaciertos) nunca ha estado en duda en un juicio sereno y objetivo.
AMLO Y AMÉRICO NO ESTÁN EN UN PROYECTO “OCASIONAL”
Pese a ello, y pese a los errores de la 4T, que los tiene, pues no hay sistema político perfecto, la visita presidencial y las gestiones del médico Villarreal Anaya transparentan, cada vez más, quiénes son los mandantes y los mandatarios.
Que Tamaulipas tenga a la brevedad un sistema de salud de primera, como se lo merece, de acuerdo con lo dicho por AMLO, es un avance trascendental que al alimón López Obrador y Américo Villarreal están garantizando, y sobre el que el pueblo les toma la palabra.
Me refiero al Plan IMSS-Bienestar en el que primeramente el Gobierno Federal confía en que no haya problemas presupuestales para lograr esos objetivos.
Los cuales, al margen de que igual se garantizó la basificación de todo el personal del sector salud, manteniéndoles su nivel de ingreso y prestaciones, se mejorará sustancialmente el servicio de salud.
Según Zoe Robledo, titular del Seguro Social, “a diferencia del modelo anterior de salud, el IMSS-Bienestar es gratuito y nadie volverá a tener que pagar por la atención que el Estado le debe garantizar”.
Asimismo, el gobernador Américo Villarreal afirmó que con la adhesión al modelo IMSS-Bienestar se garantiza calidad, accesibilidad y proximidad para toda la población.
Calidad que se cree ocurrirá, pues tanto AMLO como Américo se duda estén en medio de esta transformación como en un proyecto ocasional, que hoy surge y mañana ya no está.
EDUCACIÓN DE EXCELENCIA A NIÑOS DE 0 A 3 AÑOS: SET
Otro tema relevante es la invitación de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, a sumar esfuerzos para ofrecer educación inicial de excelencia a niñas y niños de 0 a 3 años. Con ese propósito la SET celebró la Reunión Estatal Intersectorial para la Difusión e Implementación de la Política Nacional de Educación Inicial, a la que asistieron representantes de instancias y organismos que prestan cuidados y servicios a la primera infancia, así como autoridades e integrantes del nivel educativo.
¡Feliz fin de semana!
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