Melitón Guevara Castillo.-
En estos días, quiérase o no, el tema del momento es el teatro guiñol que está desarrollando Morena. Es el momento de las corcholatas y del destapador, que ya están como en una competencia de atletismo, listos para que al momento que se publique la convocatoria arrancar en pos de la candidatura presidencial. La certeza es que, sea quien sea, va a ganar la elección. Aunque ya Claudia Sheiumbaum afirma, categóricamente, que ella era la próxima Presidenta, que va adelante en las encuestas.
Consigno que es un teatro guiñol porque, con todo y que AMLO afirma que no se mete, que es el pueblo el que decidirá, nadie olvida que el destapó a las corcholatas; que él fue, también, el que fijo las reglas (que luego aprobó el Consejo Nacional) y que, incluso, las corcholatas firmaron de conformidad. Por eso, hoy en día, la apuesta tiene dos variantes: si en 72 días Claudia puede sostener su delantera; y que, si Marcelo pierde, ya no tendrá derecho de pataleo. Los hechos demuestran que, sí son iguales, que solo han cambiado métodos, procedimientos y personas.
CAMBIAR PARA SEGUIR IGUAL
México es un país maravilloso. Con el último juego de futbol de la selección mexicana contra Camerún, donde México empató en el último minuto a dos, un comentarista hizo notar que no tenemos memoria: que ya se olvidó el fracaso en el mundial, que vivimos pues, con la esperanza de que día nos dé la sorpresa. Eso me hizo recordar lo que sucede en política: con la expresión de teatro guiñol, se recuerda que hay un titiritero, que mueve, en este caso, a los personajes principales.
La historia nos recuerda que Plutarco Elías Calles inauguró un Maximato, pero que luego se convirtió, se institucionalizó, con un partido en el poder, el PRI. Lo que estamos viendo, con AMLO, es que habrá, efectivamente, un partido político, pero que tras de él, hay un líder indiscutible, que ordena, instruye, dirige, y que con el proceso de Morena para elegir a su candidato presidencial se hace evidente. Afirma que no son iguales, pero todo lo que se hace es, exactamente, lo que sucedía con el tapado o luego con la pasarela. Es el fiel de la balanza, el destapador ha dicho el mismo: cambian para seguir igual, es el gatopardismo político.
CONTROL TOTAL
No cabe la menor duda: AMLO tiene el control total del proceso sucesorio en Morena. Al grado que, una vez que las corcholatas firmaron el documento, aceptan las reglas del juego. Y en ese documento ya AMLO le ordena a quien gane la presidencia, a quien ponga de líder de la bancada de Morena en la Cámara de Senadores y en la de Diputados, también le ordena que, a otros, le pueda dar un cargo de primero línea en el gabinete o en la lista plurinominal es decir, las corcholatas, ya tienen garantizada su permanencia en el presupuesto público.
Ya actúa AMLO, pese a que afirma que no se mete, como jefe máximo de la 4T, de Morena. Lo que nos lleva, en todo caso, a recordar que al Presidente en la época del PRI le decían que era todopoderoso, omnipotente. Y por lo que se ve, por lo que ha hecho en este tiempo como Presidente, AMLO es igual, o mucho mejor, que los otros Presidentes: tiene más control, más liderazgo, más obediencia de unos y otros al grado que Ricardo Monreal, en su momento, explicó: nada, antes que traicionar al López Obrador. Así de sencillo.
REGRESARÁ EN OCTUBRE DEL 24
Es necesario puntualizar: Morena viola la ley con el proceso de selección interna de su candidato presidencial. Por eso, el elegido, no será denominado candidato porque el proceso electoral inicia en septiembre; y a partir de ahí se dan los tiempos del INE, uno de ellos, es precisamente las precampañas, donde al interior de cada partido elige a su candidato presidencial. Morena, o AMLO, adelanta con mucho ese proceso. El hecho, es el AMLO hace de las suyas como eso de que tienen que renunciar los aspirantes cuando la Constitución dice que tiene que hacerlo seis meses antes del día de la elección.
En fin, ya las corcholatas anunciaron que renunciaran. Ya lo hizo Marcelo Ebrard y avisó que Claudia será la próxima secretaria de Gobernación. En tanto que Claudia anunció que pide licencia, permanente, el próximo viernes y tiene certeza de que será la próxima Presidenta, porque va arriba en las encuestas. En tanto que Ricardo Monreal se da por satisfecho con ser parte de las corcholatas, es, dijo un privilegio y que es producto de la cultura del esfuerzo. Adán Augusto, por su parte, le apuesta a que el choque Claudia-Marcelo, los descarrile y entonces él pueda ser el emergente.
Al momento de renunciar Marcelo externó a los reporteros: a Palacio Nacional regreso en octubre del próximo año, es decir, como sustituto de AMLO.