Gerardo Campos
Ante mi cuasi aniquilado cerebro, mi estimado lector se rebotará alguna secuencia de mis obras, en esta ocasión toca la parte que hace referencia a LOS HIJOS INGRATOS, donde hablo de un personaje desconocido que a la fecha todavía no ubico…
Esta charla es una auténtica lección de vida…
Uno de esos nublados días del Santo Señor en que hacía mis ejercicios matinales por los rumbos de la hermosa alameda… Cuando al llegar a ese portento de espectáculo natural que es el arbolado Paseo Méndez… Lugar donde hace tiempo tuvo sus caballerizas DON JORGE BELLO con el apoyo de FERNANDO y MANUEL MÉNDEZ…
Al llegar al verde parque me topo con un anciano encorvado, sucio y mal vestido que al pasar a su lado me increpa: “Ya no conoces, CABRÓN…”
Sorprendido por el insulto en tono amistoso, volteo hacia el venerable y le digo: “Disculpe quien es usted?…” No me da su nombre, pero me dice haber estudiado la primaria en la Escuela Victoria en donde fuimos compañeros, además me da el nombre de las maestras que nos dieron clase, a quienes todos los DÍAS del MAESTRO les llevabas un pastel de chocolate hecho por tu señora madre…
Ante tal evidencia quedé desarmado y todavía más confundido pues por más que trataba de ubicarlo, por más que estudiaba y analizaba su rostro a través de sus profundas arrugas, tratando de regresarlo en el tiempo a su muy lejana niñez, nomás no daba…
Con harta pena volví… Volví a preguntarle: “¿Perdona mi mala memoria, pero dime quién eres?”
Te voy a decir QUIÉN SOY, pero antes tienes que oír mi historia, por todo lo bueno y malo que he pasado, desgraciadamente más malo que bueno…Porque sé que escribes, MAL, pero al fin, escribes…
Debo decir que su cruel sinceridad me molestó, pero ya me había interesado la plática del vejete… Sobre todo, por tratarse de un antiguo compañero y verlo tan fregado física y moralmente…
Rengueando y como pudo, se dirigió a la concha acústica que se encuentra en el centro del parque…Yo lo seguí intrigado…
Batallando logró sentarse en una fría banca de cemento…Yo hice lo propio…
Y empezó su relato…
Mira, CAMPOS terminé mis estudios en la antigua escuela industrial, hoy ITACE que tenía como director a ese duro maestro casi hitleriano que fue Arturo Lerma Anaya…
Me especialicé en soldadura autógena, puse mi tallercito, me iba bastante bien, pues me sobraban la chamba y el dinero…
Pero cierto día, me encontré con un compañero de Tampico, que me invitó a pasar unos días en su tierra y a asociarme en un taller de hojalatería que tenía…
Yo aventurero como siempre fui, acepté su invitación…
No nos iba mal, pero debo de reconocer que me iba mejor en mi tallercito y sin tanta presión…
Pero donde me presenta una prima que francamente me dejó desquiciado…Yo no tenía maldita experiencia en novias y mujeres…Y pos caí redondito…Al poco rato nos casamos tuvimos dos hijos… La parejita…
Empecé a tener más gastos, la viejona me exigía demasiado… Que los niños en colegios de paga… Que una casa más grande y cerca de la playa… En fin…
A los 14 años de infeliz matrimonio mi esposa me abandonó… Se fue de aventura con un marinero japonés, dejándome solo con mis hijos, ya casi unos jóvenes…
A partir de ese entonces, me consagré en cuerpo y alma a mis chavales para olvidarme de la ingrata bribonzuela…Trabajaba día y noche para sacarlos adelante en sus estudios, que eran carreras profesionales muy costosas…
Cada seis meses hacia un ahorrito y me los llevaba a pasear a Veracruz, hubo ocasiones que hasta CANCÚN los llevé, no me medía en gastos con tal de tenerlos contentos y felices…Y que se olvidaran de su mala madre…
Mi hijo acabó la carrera de Ingeniero petrolero…Mi hija estudio medicina especializándose en neumología, como hacía sus prácticas en el hospital 20 de Noviembre y vivía en la colonia Portales de la Ciudad de Méjico, le compré una motoneta para que se desplazara más rápidamente… Fueron muchos años de duro trabajo y de enormes sacrificios…
Hasta aquí llegamos por este día… El siguiente lunes concluiremos esta triste historia sacada auténticamente de la vida real… Por lo pronto, como en los viejos cuentos del CHAMACO y las aburridas novelas de AGATHA CHRISTIE pondremos el clásico CONTINUARÁ…
Así que basta por hoy de tristes y amargos relatos…
CONSUMATUM EST.