noviembre 21, 2024
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María José Zorrilla

Guerra de ideas

octubre 13, 2024 | 105 vistas

María José Zorrilla

 

Qué complicado se está volviendo el mundo actualmente. Países pugnando por más turismo y por otro lado personas quejándose del exceso de turistas en sus lugares de origen. Países que vivieron el socialismo irse hacia la extrema derecha por temor a volver a lo que eran antes, guerras que se veían concluidas aparentemente como La de los seis días y ahora agravada por ataques y contra ataques entre Israel, Hamas, Hezbolá y con posible implicación de Irán, teniendo como víctimas gente inocente de ambos bandos en Gaza, Líbano e Israel. Y, lo más grave, una escalada de violencia y terror en Oriente Medio como no se veía hace más de 50 años. Tampoco podemos olvidar la guerra en Ucrania que es ya una amenaza para la paz y la seguridad de Europa y la economía de muchos países del mundo. Por otro lado, países que celebran el triunfo de la democracia, por elecciones apoteósicas y casi incuestionables, sin saber a fondo de qué manera se está desarrollando la tan pregonada democracia por el pueblo y para el pueblo. En un artículo de El País la analista Anne Applebaum asegura que “hoy día se vive una guerra de ideas entre quiénes respetan el imperio de la ley y quienes lo socavan”. La historiadora y experta en Rusia cree que las democracias ya se están erosionando por la penetración de movimientos muy articulados entre los que destaca la autocracia. “Se trata de movimientos autocráticos poderosos y articulados con partidos y líderes que buscan cambiar las cosas de tal manera que se dañaría el tablero del juego y la competencia en igualdad de circunstancias”. Lo vemos, asegura la analista en Estados Unidos en ciertos círculos del Partido Republicano que persiguen la captura del Estado para tomar las instituciones y ponerlas al servicio de un partido político o movimiento concreto.

Al parecer esta investigadora está muy concentrada en las potencias mundiales, y no les echa ningún lazo a los países de Latinoamérica, pero en nuestro México hay muchas condiciones que nos hacen pensar que este tipo de implicaciones se están produciendo desde el interior mismo del gobierno. Un ejemplo es lo acontecido con la recién aprobada reforma judicial de la que tanto se ha hablado. La realidad, intuyo es que una gran mayoría por no decir la totalidad del país, no somos muy entendidos en las leyes y sólo nos fuimos con el agrado o desagrado de la ley por simpatías o antipatías con Morena y sus aliados. Me confieso estar entre la mayoría de ignorantes, pero ante un discurso reciente de Luis Donaldo Colosio frente al Senado, me quedó un poco más claro de qué se tratan las modificaciones que podrían ir contra la justicia de la ciudadanía. No es la elección “democrática” de jueces lo que está en juego, ni si se imparta una mayor equidad a la hora de lanzar candidaturas; estamos hablando de cosas mucho más profundas por lo que Colosio pide una mayor reflexión ante esta ley. Argumenta que la Suprema Corte de Justicia si tiene la facultad de revisar la constitucionalidad de una reforma constitucional y puede ser declarada inconstitucional si la reforma viola los derechos fundamentales o altera la estructura fundamental de la constitución. El impecable discurso del senador Colosio nos hace entender más a los iletrados en el tema con un ejemplo. En caso de que durante la elección de una persona juzgadora el proceso de elección sea impugnado, este “juez” puede seguir emitiendo sentencias mientras se decide la situación del mismo; pero si la impugnación llegara a prosperar, todas las acciones de este “juez” quedarían invalidadas, dejando a las personas involucradas en un estado de indefensión, en una incertidumbre jurídica tremenda. Con ese simple ejemplo y de esos baches debe haber muchos, me bastó para entender cuan peligrosa es esta guerra de ideas que dejan de lado la objetividad. Por quedar bien con la 4T y los compromisos adquiridos con ésta, los legisladores han omitido hacer una verdadera revisión integral de esta Reforma que compromete la legitimidad de todo el proceso. Compromete la integridad de las instituciones y deja invalidadas las garantías de justicia para la gente de México.

 

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