diciembre 21, 2024
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Felipe Martínez Chávez

Hablando de puñaladas y traiciones

septiembre 25, 2024 | 179 vistas

Felipe Martínez Chávez

 

La del partido Morena es una historia interminable de puñaladas y traiciones por la voracidad y condición humana del agandalle, hacer carrera política y fortuna por la vía más fácil y rápida.

La historia más vergonzosa ocurrió hace tres años (30 septiembre), cuando la corrupción ¿qué más? volteó la mayoría de diputados que los ciudadanos le dieron en el Congreso del Estado, para convertirse en oposición.

Siempre se dijo que chorrearon billetes y favores, cuando no amenazas de la General de Gobierno. La verdad nunca se supo, pero nadie lo duda porque era el sistema de los cabecistas.

Pues bien, este mismo día 30, pero a las once de la noche, está prevista la ceremonia de asunción de la 66 Legislatura, en que Morena alcanza la mayoría calificada para aprobar, ahora sí completo, el proyecto que Américo Villarreal y la 4T tienen para Tamaulipas.

Las condiciones son diferentes. El mero día en que se instaló la 65 Legislatura, comenzaron las traiciones. Desertaron de la bancada de Morena, Lidia Martínez López y Leticia Sánchez Guillermo, de El Mante y Matamoros. Se incorporaron a las filas contrarias, al PAN.

En los siguientes días se declararon azules Nancy Ruiz Martínez (era secretaria general del CDE de Morena) y Leticia Vargas Álvarez. Desertó igual Nayeli Lara Monroy, para declararse independiente, en tanto Jesús Suárez Mata comenzó a votar por la bancada panista.

Se rumoró que el “chapulineo” tuvo recompensas millonarias, maletines de dinero en efectivo para no dejar huellas bancarias.

Un año después Lara Monroy y Sánchez Guillermo regresaron a las filas guindas. Días después la segunda volvió a traicionar y culmina en las filas del PAN, sin futuro alguno. Su carrera política ha muerto.

A la distancia hay actores que hacen una reflexión de qué fue lo que pasó. La respuesta es que al interior del partido apoyaron a vulgares ambiciosas, sin ética ni principios ideológicos, proclives a dar la puñalada trapera.

Como mala suerte, no era la primera vez que Morena era objeto de malas jugadas.

En la 64 ingresaron nueve diputados, de ellos una de mayoría, precisamente Leticia Sánchez, que antes de culminar el trienio le dio la espalda al partido que la apoyó.

A mitad de camino se cuartearon otros, los principales Ulises Martínez Trejo y Rigoberto Ramos Ordóñez, de Reynosa. Se cambiaron a la bancada del PAN e hicieron campaña por sus candidatos a la renovación de alcaldías y diputaciones.

Una más, Edna Rivera López, se incorporó hace tres años al proselitismo celeste, dolida porque Morena no la hizo candidata a la presidencia de Tampico (que habría perdido). En 2024 jugó para diputada federal por Movimiento Ciudadano, octavo distrito. El protagonismo vil.

Las ambiciones desmedidas le ganan a la moral.

Tal es el caso también de Ramón Garza Barrios, ex presidente tricolor de Nuevo Laredo, que este jueves el Tribunal Electoral local agendó resolver, según impugnación que promovió al no ser escogido como candidato a la presidencia del pueblo.

Dicen sus cuates que en 2018 hizo una campaña “a modo” por la alcaldía, siglas de Morena, para que ganara el panista Enrique Rivas Cuéllar.

Quiso repetir la historia en 2024. Se registró en la interna a sabiendas que no tenía posibilidad. Como no fue seleccionado a la consulta se dedicó a enlodar el proceso de reelección de Carmen Lilia Canturosas.

Cantó a los cuatro vientos renunciar a Morena, donde en realidad nunca estuvo, e hizo campaña a favor de los contrincantes, Yahleel Abdala Carmona y los diputados prianistas. Perdieron todos.

Pues bien, el Tribunal resolverá hasta hoy el recurso que viene desde marzo, en que el señor Garza demandó a la Comisión Nacional de Elecciones por “discriminación”.

Es algo en que no hay remedio, la etapa de selección de candidatos culminó, se dieron las elecciones y los ganadores entran en ejercicio el próximo uno de octubre. A como pintan las cosas, el señor Garza Barrios dormirá en la fría banca varios trienios más.

Mala selección de candidatos es la conclusión de los analistas, dar oportunidad a gente voraz, sin merecimientos ni talacha partidista, sin sudar la camiseta y demostrar lealtad.

A partir del éxito en las urnas, Morena es asediado por oportunistas y trepadores. El caso más sonado en 2024 es el de Juvenal Hernández Llanos y su esposa Alma Laura Amparán, que explotaron por ocho años la alcaldía de Altamira y todavía quisieron imponer como heredera a su hija.

El aprendiz de cacique se registró en la interna guinda y, al no conseguir apoyo de los militantes, se fue por donde vino ¿qué habría pasado si Morena lo deja poner un pie en el partido?

Son muchas las traiciones y puñaladas que ha recibido Morena en los últimos procesos, y seguirán. La condición humana es de ventajistas, lagartos y chaqueteros, pero luego continuamos porque el espacio se terminó.

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