Alfredo Guevara
Si el resultado de la última elección concurrente no dejó satisfechos a quienes aún militan y simpatizan en el reducido padrón del PRI, con las reformas a estatutos y lineamientos internos, el malestar creció.
La vil y auto imposición de ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS como presidente del CEN del PRI y posible reelección hasta el 2032, termina con la expectativa de retomar las causas sociales y pensar en una eventual recuperación de los espacios perdidos.
En pocas palabras, el PRI va camino a la desaparición del escenario político electoral, con un supuesto líder que lo mejor que pudo haber hecho, después de la última elección, era renunciar a la presidencia del CEN.
Horas antes de la 24 Asamblea Nacional, realizada este domingo, priístas de Tamaulipas firmaron una carta en la que pidieron la renuncia de ALEJANDRO MORENO “Alito”, a la presidencia del PRI en el país.
Sin embargo, su voz y firma no se tomó en cuenta durante la Asamblea Nacional, donde finalmente aprobaron modificar los estatutos y reglamentos, permitiendo que MORENO CÁRDENAS se imponga como presidente del PRI hasta el 2032. Vaya descaro.
Los cuadros del PRI que pidieron la renuncia de “Alito”, son personas que le dieron vida al Revolucionario Institucional y bajo esas siglas alcanzaron a ocupar diferentes cargos de elección popular.
A raíz de las reformas aprobadas este domingo, muchos de ellos preferirán salir que seguir representando a un partido, que tiene como dirigente nacional a una persona que desde el 2019 a la fecha, ha tomado el PRI como un negocio personal.
Otros no dudarán en incorporarse a partidos como Movimiento de Regeneración Nacional y los pocos, optarán por dedicarse a otra cosa que formar parte de un nuevo instituto político.
Ojalá que en Tamaulipas no suceda lo mismo con quien preside el Comité Directivo Estatal del PRI.
Y aunque pudieran tomarle la palabra a MERCEDES DEL CARMEN GUILLÉN VICENTE, tras haber ocupado la presidencia del CDE del PRI por el periodo eleccionario del pasado dos de junio, difícilmente habría algún interesado en disputar la dirigencia del partido en Tamaulipas.
A como se observa el escenario, el Revolucionario Institucional se perfila al desánimo por retomar las causas sociales; olvidarse de recuperar espacios perdidos y volver a ser el que fue hasta antes del 2016, pese a ser un instituto político que, efectivamente sabe gobernar, pero no debería autogobernarse. En fin.