José Inés Figueroa Vitela
El Simulacro Electoral Universitario 2024, celebrado a inicios de semana en más de 200 instituciones de educación media superior y superior, de las 32 entidades federativas del país, no fue cosa menor, ni sus consecuencias lo serán.
Desde la iniciativa propia, hasta su convocatoria y consecución, los jóvenes dejaron constancia de interés por ser escuchados y participar en la política y el gobierno que, para los próximos años, desde este, se define en la elección del inminente dos de junio.
Los jóvenes, quienes conforman el 30 por ciento de la lista nominal en el país, más de 26 millones de ciudadanos y ciudadanas entre 18 y 29 años, quienes mayoritariamente permanecieron apáticos al oficio público, desencantados del actuar de “los adultos”, apropiados de tales menesteres, están de regreso.
Ese es el primer mensaje del ensayo de inicios de semana; el segundo, es el orden electoral dispuesto.
Los cómputos de los más de 300 mil universitarios votando, confirmaron y ensancharon la supremacía, que a los ojos de todas las encuestas serias mantiene la candidata presidencial de la coalición morenista -con sus aliados del PT y el PVEM-, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO.
Pero en el caso de los otros dos aspirantes, el voto juvenil invirtió las tendencias, que ya empezaban a perfilarse en el plano general: el emecista JORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ, apareció en ese ejercicio muy por encima de la prianista XÓCHITL GÁLVEZ RUIZ.
Cuando encuestas levantadas y publicadas por medios de tradición derechista, ubicaron a MÁYNEZ en empate o superando a la prianista en Nuevo León y Jalisco, los simpatizantes de los X o detractores el pejismo-morenismo las desacreditaron, o justificaron, diciendo que eran casos de excepción, por tratarse de estados gobernados por Movimiento Ciudadano.
El hecho es que, aun en esos estados y otros donde gobiernan los partidos al servicio de los X -CLAUDIO y XÓCHITL-, la morenista SHEINBAUM les sigue sacando amplia ventaja a sus contrincantes, al tiempo que estos se mantienen en franca caída.
La elección presidencial adelantada de los jóvenes universitarios, puso a CLAUDIA en el 65 por ciento de sus votos -consumados-; en un tercio, MÁYNEZ conquistó el 22.2 por ciento y hasta el sótano, mandaron a la GÁLVEZ.
La prianista, en un 7.7 por ciento, que, compartidos entre el PAN, el PRI y el PRD, coaligados en su postulación, los pondrían en condición de desaparecer de plano.
Borrón a los rescoldos del viejo sistema, decrépito y corrupto, que dominó el poder público en nuestro país durante el siglo pasado.
Los jóvenes están decididos a imponer un nuevo orden; saliendo a votar el próximo dos de junio van a conseguirlo; ya dejaron muestra de que quieren hacerlo… y en qué sentido.
Ciertamente, el mensaje nacional tuvo fiel reflejo en los registros de la participación, dentro de esa jornada que dieron en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Misma participación, misma ganadora y mismo orden descendente, vale el apunte, por quienes luego quieren acomodar situaciones y cosas, a modo de sus muy particulares intereses.
Singular paradoja, en la que la candidata prianista pasa por Tamaulipas, en medio de temperaturas que rebasan los 40 grados centígrados, alcanzando en la contienda la condición de lo que la voz popular suele llamar “helada paleta”.
Le antecede, por añadidura, la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en contra de su Asesor en Jefe en materia de Seguridad, FRANCISCO JAVIER “N”.
El mismo abonado y frustrado candidato del líder nacional de su partido, MARKO CORTÉS, quien no es otro que el exgobernador tamaulipeco de triste memoria, como un prófugo de la justicia, que no puede ser diputado federal… menos candidato.
Ya lo había bateado esa misma instancia, cuyos fallos son definitivos e inatacables, pero el sujeto fue al INE a intentar sorprender, donde de nuevo lo batearon y sin la menor vergüenza, regresó al Trife, donde este miércoles se volvieron a ocupar de él.
¿Qué más quieren?
No va a ser con dinero sucio -saqueado del presupuesto y extorsiones a empresarios y delincuentes-, ni con amenazas, como van a evitar que el pueblo haga valer su voluntad en las urnas, hasta la instalación de las nuevas autoridades y representaciones populares.
A aquello tiene ya reducidas sus expectativas.
