José Inés Figueroa Vitela
El compromiso con la ética y la legalidad en los procesos gubernamentales es esencial e ineludible, se ha hecho saber y sentir en los más variados escaparates de la vida pública estatal.
El último, a inicios de semana, cuando el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA sentó en torno de una misma mesa a alcaldes y funcionarios de su gobierno.
Entre todas las exposiciones de las dependencias gubernamentales, sobresalieron las de la Contralora Gubernamental y del Auditor Superior del Estado, que, sin ser parte del Ejecutivo, sino más bien del legislativo, es el aparato técnico en que se apoya el Congreso local para ejercer su función fiscalizadora.
La contralora NORMA ANGÉLICA PEDRAZA MELO, enfatizó ahí sobre la necesidad de que los ayuntamientos adopten Códigos de Ética, bajo la premisa de asegurar que los servidores públicos actúen con integridad, enviando un mensaje claro a la ciudadanía: el gobierno está decidido a ser transparente y honesto.
Este esfuerzo sexenal por una administración pública más humana es fundamental, pues coloca al ciudadano y su bienestar en el centro de cada acción institucional.
Más allá de los Códigos de Ética, es crucial que las contralorías asuman un papel activo en la fiscalización y en ese sentido han sido las instrucciones dentro y las convocatorias, en general.
La aplicación rigurosa de la normativa federal, estatal y municipal, no debe ser vista como una carga, sino como una responsabilidad ética que garantiza la confianza en las instituciones. Cada peso gastado debe estar justificado, y los ciudadanos tienen el derecho de saber en qué se invierten sus impuestos, les quedó más que claro a todos los participantes de la reunión de trabajo del lunes.
El nuevo enfoque de la Auditoría Superior, liderada por FRANCISCO NORIEGA OROZCO, de la mano del Congreso local presidido por HUMBERTO PRIETO HERRERA, marca un antes y un después en la rendición de cuentas en Tamaulipas.
Este cambio se aleja de las prácticas superficiales que en el pasado caracterizaron las llamadas “auditorías de chocolate”, obscuras prácticas que solo sirvieron para el despojo de lo colectivo, en beneficio de una reducida casta de sinvergüenzas.
Ahora, el objetivo es fortalecer la fiscalización como un verdadero instrumento de transparencia y rendición de cuentas.
Este proceso de transformación es un claro reflejo de la visión del gobernador AMÉRICO, quien ha puesto la honestidad y la transparencia como ejes centrales de su gestión.
La llamada a las autoridades municipales a tomar en serio la rendición de cuentas, es un paso necesario para evitar que las malas prácticas del pasado se repitan, dejando muy en claro que no se trata de clichés de temporadas o discursos pasajeros, sino vocaciones que han llegado para quedarse.
Finalmente, es un recordatorio de que los ojos de la Auditoría Superior y de la Contraloría Gubernamental, estarán siempre vigilantes sobre los ayuntamientos y todos los funcionarios que ejercen recursos públicos de los tamaulipecos.
La rendición de cuentas ya no puede ser una mera formalidad; es una realidad tangible, donde cada acción esté justificada y cada decisión, respaldada por un firme compromiso con la ética y la honestidad; quien se salga de esos cánones, ahora sí, más temprano que tarde ha de pagar las consecutivas.
Este es el nuevo rostro de la rendición de cuentas en Tamaulipas, y es deber de todos exigir que así se mantenga.
En el Congreso local, ayer se integraron las Comisiones Legislativas, empezando por la Comisión Instructora, por mandato de ley, a quien toca conocer de los juicios políticos y declaraciones de procedencia judicial, contra servidores públicos, legisladores y titulares de entes autónomos, que se vean inmiscuidos en hechos delictivos.
La repartición se hizo como estaba previsto; en función de las capacidades y la representatividad de cada legislador y partido político; todos estuvieron contentos y solo los panistas “le hicieron fuchi”, porque querían más de lo que en derecho les correspondía, pretendiendo formas distintas a los que en su tiempo ejercieron.
La plenaria legislativa también aceptó la renuncia presentada por el Fiscal Anticorrupción del Estado, RAÚL RAMÍREZ CASTAÑEDA, expidiéndose en el acto la convocatoria para elegir a su relevo.
A partir de hoy el registro de aspirantes, luego vendrá la evaluación de cumplimiento de requisitos, las entrevistas, el dictamen y finalmente la elección del nuevo titular de la FECC, lo que se espera concluya a más tardar el 30 de los corrientes, a partir de cuándo aplica la renuncia de aquel.
Ahí esperan los expedientes -si no se los lleva o quema- de las denuncias contra los amigos del saliente, es decir, todos los funcionarios del pasado sexenio.
Las denuncias qué hay en su contra, están en otras carpetas… y no son pocas.