Tania Gisela Contreras, la consejera jurídica del Gobierno estatal, con bombos y platillos anunció que dos exfuncionarios, del gobierno anterior, fueron vinculados a procesos derivado de las 64 denuncias que hizo ante la autoridad correspondiente. La narrativa de un nuevo gobierno, de siempre, ha sido combatir a la corrupción y que mejor que enjuiciar a los que se fueron. Así, de acuerdo a esa información, se empieza a mover la rueda de la justicia en la entidad.
En la sociedad hay buenos y malos, o corruptos y honestos y en este contexto buena parte de los miembros de un gobierno siempre son calificados de corruptos. Vale recordar que todo candidato, ya por costumbre, promete acabar con la corrupción y el ciclo se cumple cada vez que hay elecciones y llega un nuevo gobierno. Con estos datos la 4T en la entidad da muestras de que encontró corrupción en las prácticas gubernamentales.
SERVICIO Y CORRUPCIÓN
Los políticos, en teoría, deben tener una vocación de servicio: por eso quieren el poder y ofrecen servir a la sociedad, resolver sus problemas y garantizar mejores condiciones de vida. La cuestión es que, en el caso de México, se dice que los políticos no han servido a la población, pero sí se han servido. Por eso, sexenio tras sexenio se conocen a nuevos ricos. La corrupción somos todos, se dice. Y, además, por décadas, por generaciones, la corrupción ha sido el estigma de la sociedad mexicana.
En el caso de la 4T en Tamaulipas, de entrada, se presentaron 64 denuncias por corrupción. La historia es que no avanzaban por la negligencia u obstáculos que la misma Fiscalía de Justicia Estatal, puesto que su titular viene del sexenio pasado. Y los intentos por quitarlo fueron infructuosos porque Morena no tenía mayoría calificada en el Congreso local. De esa manera, la propia Fiscalía, quiérase o no, cometía un delito de corrupción al ser cómplice al no dar entrada a las denuncias y, por otra parte, resulta que con el Poder Judicial local sucede lo mismo: son los mismos del sexenio pasado.
NO ME MANDO SOLO
El pueblo elige al gobernador, a los diputados locales y a los presidentes municipales. El gobernador ejerciendo sus atribuciones designa o nombra a sus colaboradores, así que actúan en su nombre. Recuerdo como Pedro Carrizales, que fue funcionario de Manuel Cavazos Lerma, al ser detenido en su primera declaración pública dijo: no me mandaba solo. Efectivamente, recuerdo que otro servidor de la época de Américo Villarreal Guerra, acusado de desviar recursos del erario hizo notar: yo solo cumplí las órdenes de mi superior.
Gobierno tras gobierno, quienes ya tenemos un buen número de años, hemos sido testigos de cómo la corrupción siempre ha sido una bandera de campaña; y el candidato y el nuevo gobernante ofrecen combatirla, eliminarla. Por ejemplo, cuando AMLO llegó al poder explicó que la corrupción la combatiría de arriba hacia abajo. Hoy, a punto de concluir su mandato, eso de que “no somos iguales” ha quedado como una narrativa retórica, puesto que una y otra vez más de uno de sus colaboradores, incluidos sus hijos y hermanos, han sido señalados como corruptos.
¿TODOS SON IGUALES?
¿Por qué hay corrupción en México? Y la respuesta, sin la menor duda, es que los funcionarios, los servidores públicos, han considerado a los puestos públicos como de su propiedad, que el dinero puesto a su resguardo, por lo tanto, es normal disponer de él para su uso personal. Y es que, uno se sorprende de las conductas corruptas: el funcionario público se aprovecha del cargo y pone en la nómina a sus familiares, incluso al chofer, a la sirvienta y al jardinero. No conforme con eso, se beneficia de los contratos al asignarlos a sus amigos y familiares: los exfuncionarios vinculados a proceso fueron por eso motivo, manipularon para no licitar las obras.
En el sexenio pasado hubo la estafa maestra y no hay peces gordos castigados; en este sexenio, ampliamente conocido, el caso de Segalmex, muy superior a la estafa maestra, y los culpables no aparecen. Hay acusaciones mediáticas sobre servidores públicos actuales, pero como el presidente dice que no son corruptos, pues no se les investiga. La cuestión es que, no hay de otra: necesitamos servidores públicos que cumplan las expectativas expuestas por Benito Juárez: que sean capaces de vivir en la medianía de sus ingresos, digamos oficiales.
LA ETICA DE 4T
Para que la transformación que pregona la 4T es preciso que, entre sus miembros, haya congruencia con lo que predican. Predicar no engañar, no traicionar ni robar al pueblo. Ya lo dice Jorge Zepeda Patterson, sin ética no habrá 4T, y describe el comportamiento de Morena en el ámbito electoral, de como con triquiñuelas busca quedarse con mayorías parlamentarias… Por eso, bien se dice, si son iguales, no han sido capaces de marcar la diferencia.