mayo 8, 2024
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Martín Aguilar Cantú

Ideología de género: ¿pandemónium o teoría conspirativa? Parte I

marzo 8, 2024 | 190 vistas

Por Martín Aguilar Cantú

Fundada en 1973, The Heritage Foundation, importante bastión del conservadurismo estadounidense más radical y que ha guiado de forma vigilante las políticas públicas del partido republicano –a partir del súper martes pasado ya con Trump como único candidato para el proceso electoral de noviembre– publicó un documento de 920 páginas que titulado “Mandato para el Liderazgo. La Promesa Conservadora. Proyecto 2025. Proyecto de Transición Presidencial” ofrece un manual de instrucciones a ejecutarse al día siguiente de que, en su caso, asuma la presidencia un republicano.

Francamente, la curiosidad me llevó a descargar y leer algunas partes del documento en PDF. Mi lector de PDFs, como muchos otros, ofrece una herramienta de búsqueda de palabras contenidas en el texto y, sí, mi primer impulso fue buscar la palabra “gender”, o género, en inglés. La palabra es mencionada en 111 ocasiones y desafortunadamente no con el tratamiento que se espera en una sociedad que se hace llamar líder del mundo libre, ejemplo de democracia y libertades. Comprendo que se trata del sector más conservador de este país, sin embargo, aterra y pone en alerta sobre el futuro de esta y otras naciones.

Aunque el partido republicano no ha suscrito ni firmado este documento, claramente, se apega a sus principios y es fácil comprobarlo luego de escuchar los discursos de los participantes, entre ellos el ex presidente Donald Trump, en la Conferencia de Acción Política Conservadora, llevada a cabo en National Harbor, Maryland, del miércoles 21 al sábado 24 de febrero pasados. Al ex mandatario republicano se sumaron líderes latinoamericanos como Nayib Bukele, de El Salvador, y el recién electo presidente argentino, el ultra liberal Javier Milei.

¿Se preguntará usted, amable lector, cuál es el motivo de mi temor? Mi terror viene de los discursos de odio que, en labios de líderes globales tan importantes, amenazan con derribar los espacios y derechos ganados para la causa de las mujeres, que apenas ayer, 8 de marzo, salieron a las calles de CDMX y muchas otras ciudades de nuestro país, quizá de la forma más pacífica que hemos visto recientemente, para recordarnos que su lucha no ha terminado, tampoco la de otros grupos vulnerables poco representados o invisibles aún en nuestra sociedad como las personas trans o de género discordante, las personas no binarias, el colectivo LGBTQ+, los pueblos originarios, las personas con discapacidad, entre otros.

Y justo a su regreso de la mencionada conferencia, Bukele, por ejemplo, ordenó que las autoridades educativas sacaran de los planes de las escuelas públicas lo que el presidente se empeña en llamar “ideología de género”. Aseguró que no permitirá esas “ideologías” en las escuelas y en los colegios, aunque no explicó cómo harán para no dejar rastro de la “ideología de género” en la educación pública.

Milei, en Argentina, no se ha quedado atrás y quiere borrar las políticas de igualdad impulsadas en la última década por el feminismo negando la brecha salarial entre hombres y mujeres, desmantelando el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad al convertirlo en subsecretaría y prohibiendo el lenguaje inclusivo en toda la Administración nacional, como si algo así fuera posible, en fin, la megalomanía siempre se acompaña de delirios de grandeza y omnipotencia.

Afortunadamente, en México, los esfuerzos por alcanzar su registro para la candidatura presidencial del ex actor, cantante y modelo Eduardo Verástegui, ahora convertido en el representante de la derecha más conservadora, fueron insuficientes porque no llegó a juntar el total de firmas solicitadas por el INE, sin embargo, 160,000 no es un número que debamos ignorar, sobre todo, cuando se pone de manifiesto su fanatismo religioso al afirmar que el aborto es un crimen o que formar parte del colectivo LGBTQ+ se relaciona con la pedofilia. Él, como tantos otros líderes conservadores y religiosos, se ha encargado de desorientar y confundir a la gente demonizando y poniendo la ideología de género como la causa de la posible destrucción de nuestra sociedad.

Ya en mi siguiente entrega, estimado lector, trataré de explicarle con datos qué es y no es la ideología de género, de dónde surge y los mitos que de forma necia y equivocada siguen atribuyéndose a las luchas que han permitido una notable y mayor inclusión de la mujer en la vida social y política y la defensa contra la discriminación de la población LGBTQ+, presentándolo como un ataque a la familia nuclear o convencional cuando no lo es, y se lo demostraré con hechos, si así me lo permite. Hasta la próxima.

 

 

 

 

 

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