abril 13, 2025
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Manolo Campos

Jueces al ring: ¡que el pueblo decida… sin saber quiénes son!

abril 8, 2025 | 55 vistas

Nuestra Ciudad Capital enfrenta un montón de retos, entre baches (y casi no ha llovido) inseguridad, falta de alumbrado público, carencia de agua, falta de oportunidades laborales, la autoridad municipal se encuentra más preocupada en otros temas que en nada interesa a los ciudadanos a diferencia del Ejecutivo estatal sale al quite para cubrir las deficiencias de otro, esperemos pronto cambie todo esto…

Jueces al ring: ¡que el pueblo decida… sin saber quiénes son!

Manolo Campos

Desde el domingo pasado, México entró en un experimento histórico: las campañas para elegir jueces y magistrados por voto popular. Por primera vez, el Poder Judicial se juega en las urnas, sin dedazos ni compadrazgos. Suena bonito, ¿verdad? Pero agárrense, porque esto no es cualquier elección: es un circo sin financiamiento público, con redes sociales como ring y candidatos que, salvo excepciones, nadie conoce ni en su casa.

A nivel federal, la cosa es monumental. Van a renovar la Suprema Corte completita (nueve ministros), las Salas Regionales (15 magistraturas), dos vacantes en la Sala Superior del Tribunal Electoral y hasta el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial (cinco plazas). Súmenle la mitad de los Juzgados de Distrito (386 jueces) y los magistrados de Circuito (464). Total: 881 cargos en disputa entre tres mil 422 aspirantes. En Tamaulipas, el Ietam, con José Guadalupe Ramos Charre al mando, ya puso topes de campaña: desde 63 mil pesos hasta casi un millón. ¿El detalle? Ni un centavo del erario. ¿Cómo le van a hacer? Pidiéndole likes en Twitter y TikTok, bailando o comiendo trolelotes en la calle Hidalgo.

Aquí empieza el enredo: casi nadie sabe quiénes son los candidatos. ¿Usted conoce al fulano que quiere ser magistrado de circuito? ¿O a la zutana que sueña con la Suprema Corte? ¡Yo tampoco! Es misión imposible que el electorado se entere de algo útil para no votar por el primo del compadre del vecino o por alguien con antecedentes oscuros. Nos piden elegir quién impartirá justicia, pero ni sus nombres nos suenan. Si ya es un lío escoger a un Presidente o Diputado, imagínense esto: un rompecabezas de tres mil, 422 nombres y cargos que ni con doctorado entendemos.

El proceso está más enredado que novela de las tres. La boleta electoral será un monstruo: miles de nombres, números y títulos que marean. La gente llegará a la casilla con cara de “¿qué marco?”, mientras los aspirantes suben videos bailando cumbia o haciendo malabares para ver si alguien los pela. ¿Imparcialidad? ¿Seriedad? Eso se quedó en el siglo pasado. Ahora los jueces tienen que hacer campaña como si vendieran tamales. El Ietam dice que todo está bajo control, pero el tufo a confusión se siente a leguas.

Sin dinero público, los candidatos sudarán sangre para darse a conocer. Y nosotros, los votantes, sudaremos más para adivinar quién merece la toga. Si ya nos cuesta separar a los buenos de los pillos, esto será como jugar ruleta rusa con los ojos vendados. A ver si no terminamos eligiendo al que grita más fuerte o al que tiene más seguidores en Instagram. Porque, seamos sinceros: entre boletas que parecen diccionarios y nombres que no dicen nada, esto pinta para salir más chueco que justicia de pueblo.

Y Usted dirá: “¿Y a mí qué me importa quién será juez de disciplina o de distrito? ¿Quién me da mi torta y mi chesco para votar?”. Pero agárrese, porque esta elección pesa más que la de cualquier presidente o diputado furris. Si su alcalde se roba el dinero destinado para reparar las vías públicas, ¿a quién acude? Si su patrón lo corre porque amaneció de malas, ¿quién lo defiende? Si lo embargan por un pleito con Copel o lo meten al bote por algo que no hizo, ¿quién lo saca del problemón? A un juez, claro. Pero imagine que ese juez sea un chavo de 27 años cuya gracia es bailar en TikTok. Si no elegimos bien, estamos fritos.

Este circo puede salirnos caro. Un Poder Judicial débil o en manos de oportunistas es un regalo para los que prosperan en el caos: corruptos, negligentes o saboteadores del bienestar. Pero si funciona, podría ser un golpe contra las élites que siempre han controlado esas posiciones. La bronca es la ejecución: sin claridad, información o candidatos serios, el riesgo es monumental.

No tema, querido lector, pues hay varias luces al final del túnel. Entre tantos candidatos desconocidos, destacan personajes sobresalientes que pueden impulsar la administración de justicia en nuestro estado. Entre ellos encontramos a la licenciada Tania Contreras, quien aspira a Magistrada del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y combina una formación académica excepcional con una visión humanista y práctica de la justicia. También está la licenciada Ludivina Aldape Garfias, con su pasión por una justicia imparcial, accesible y ética, buscando el mismo cargo. Mi maestro, el licenciado Oscar Díaz, con más de 27 años de experiencia en la administración pública y, sin temor a equivocarme, uno de los profesores más pacientes que tuve, opta por el puesto de Magistrado del Tribunal de Disciplina Judicial. En otro ámbito, el licenciado José Antonio Rodríguez Grajeda, toda una institución en la justicia para adolescentes, busca ser juez. Finalmente, en el ámbito federal, mi entrañable amiga Dafne Miroslaba Carrillo de León, quien busca el cargo de Jueza de Distrito Mixto, un verdadero faro de justicia y una brújula moral intachable, también se suma a esta contienda. Así, tenemos una gran oportunidad de darle rumbo a la justicia en nuestro estado.»

LOS 75 AÑOS DE LA UNIVERSIDAD

La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) está de fiesta y con manteles largos. El lunes, frente a la Asamblea Universitaria, el rector Dámaso Anaya presumió cómo la universidad está subiendo como espuma: más profesionalización, una docencia moderna y una oferta educativa variada y de primera.

En este año, Dámaso se ha lucido: hasta el gobernador Américo Villarreal le ha echado porras. El Correcaminos anda de regreso, llenando de alegría el estadio naranja, y el intercambio con universidades de México y el mundo está por los cielos, abriendo un montón de puertas para los estudiantes. Las becas también están en auge, y sin descuidar el presupuesto, el Rector ha sabido hacer magia para que el gasto rinda más y mejor.

¡La UAT brilla como nunca! Esperemos que ese brillo nos acompañe por muchos años más.

CONSUMATUM EST…

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