Melitón Guevara Castillo
Cada día que avanza el 2024 se acerca el día D, el día que los mexicanos saldremos a votar, cumpliendo así con un derecho y una obligación cívica. Cada día nos caen, nos inundan, torrentes y torrentes de información, precisamente con el propósito de ganar adeptos para uno y otro candidato. La cuestión es que, hoy en día, la información se multiplica a tal grado que, ya no sabemos si es suficiente, si es pertinente y, además, si es correcta. Y es que una de las condiciones básicas de la democracia es que el ciudadano esté informado.
Siempre nos han dicho que la información es el fundamento del poder. Por eso, bien o mal, siempre nos dicen que el Presidente de la Republica tiene que ser el hombre más y mejor informado del país. La cuestión es que muchas de las veces la información no cumple con requisitos de ser oportuna, de ser veraz, de ser pertinente, de ser suficiente… porque en el proceso de informar también se desinforma, o se oculta información o se tergiversa.
PELIGRO PARA MÉXICO
La información siempre tiene un origen y un destinatario. Y no siempre es, digamos, parte de una publicidad política. Por ejemplo, recuerdo cuando fue la candidatura de Carlos Salinas de Gortari, que se publicó un libro sobre un “Asesino en Palacio”, haciendo alusión de que, en su infancia, había cometido un asesinato. En los procesos electorales es normal que aparezca este tipo de información, digamos, fuego sucio (a veces es amigo) que no sabemos si es cierto o es verdad, pero que se difunde: como sucedió en la elección anterior, que se acusó a candidatos morenistas de usar dinero ilícito en sus campañas.
Recuerdo como en una elección AMLO fue señalado como un “peligro para México”, spot que se difundió en los medios televisivos y radiofónicos. La estrategia, adjudicada al consultor español Antonio Sola, utilizó el mecanismo del miedo, utilizando conceptos como peligro, crisis, devaluación, desempleo, deuda, mentira, intolerancia, pérdida de tu patrimonio. A la postre, en aquella elección del 2006, la perdió AMLO, pese a que lideraba varios sondeos. Así, se entiende, que el proceso de comunicación política en su contra funcionó.
INFORMACIÓN SUCIA
Hoy en día difícil pensar que un ciudadano no está completamente informado, sobre todo de lo que pasa en el país y sobre los políticos y candidatos. La cuestión es que, de toda esa información, hay una que es completamente sucia: se genera con el fin de dañar la imagen del político o candidato, incluso es anónima en las redes sociales; información que aparece, en buena parte, por filtraciones o que es producto del espionaje, o por acciones de traidores que fungen como infiltrados en un equipo político.
El propósito es crear confusión y dañar. Por eso, la información se puede maquillar con medias mentiras o medias verdades; o de plano, con información que es real, pero no actualizada, como cuando se difunden hechos pasados que, incluso, fueron aclarados a tiempo: como cuando se difunden problemas de la vida familiar de un político, o candidato, violencia doméstica o que haciendo valer influencias aparentemente comete ilícito. Por eso, hoy en día, se afirma que una imagen positiva se construye a lo largo de muchos años, pero que puede ser destruida con un twitter (ahora X).
FUENTES Y MENSAJES
Siempre tenemos que desconfiar de las fuentes anónimas, tal y como sucede, por ejemplo, en algunas redes, donde se puede ubicar a cuentas o contactos que son anónimos, porque no ponen su foto. Esa es la cuestión: todo mensaje tiene un fin, y por eso es importante identificar al mensajero: por ejemplo, AMLO siempre habla de periodistas que son neoliberales, que son conservadores e incluso hasta los menciona: Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio, entre otros, porque siempre lo critican y no lo adulan, tal y como hace, por decir, Epigmenio Ibarra o Viri Ríos, entre otros.
Toda campaña política tiene un cuarto de guerra. Son quienes elaboran la estrategia de comunicación, apuntalar la propia y descarrilar a la contraria: los candidatos usan el mensaje formal, de propaganda y promesas; en tanto que, de ese mismo cuarto, se entiende, sale la otra guerra, la que filtra información, la que busca desequilibrar, al contrario, y para eso, hoy en día, se utilizan las redes sociales amparados en el anonimato. Así que no debe extrañarnos que algún día nos levantemos con información de ese tipo, de la guerra sucia.
Por cierto, AMLO recibe con beneplácito que Xóchitl Gálvez haga su “Mañanera de la Verdad”, a las 10:00 am, dice AMLO, porque los fifís no se levantan temprano.