José Inés Figueroa Vitela
Los caminos para construir la paz se diversifican sin perder su puntualidad.
Hacer prevalecer el estado de derecho, combatir la impunidad, propinar la equidad, alentar el desarrollo, parecen términos distintos, pero todos son elementos indispensables para responder al clamor ciudadano por la seguridad.
En el tema del combate a la impunidad, ayer se dieron pasos importantes en el trabajo de las Comisiones legislativas, para el caso, la de Vigilancia de la Auditoría Superior del Estado.
Los integrantes del cuerpo legislativo dictaminaron las cuentas públicas del 2021 en tres sentidos diferentes:
Las últimas once cuentas que se aprobaron los del pasado sexenio, con premura y fuera de procedimiento, determinaron los dictaminadores que, si bien ya no pueden someterse a la consideración del pleno de la actual legislatura por haber sido aprobadas por la anterior, en mérito de las inconsistencias encontradas se proceda a dar curso ante las instancias jurisdiccionales.
Que se hagan las denuncias a que haya lugar, pues.
En un segundo paquete van las cuentas que se encontraron de aprobarse, por no encontrarles irregularidad alguna; son las menos -26- y como tal irán al pleno.
Las restantes 49 -el tercer paquete-, sí traen inconsistencias y de plano, el dictamen de rechazo irá para su confirmación igual, en sesión general.
Después, más denuncias para que, combatiendo la impunidad, la sociedad sienta el imperio de la legalidad, para satisfacción de “los buenos” y advertencia, cuan castigo a los “malos”.
Así de sencilla es la demanda ciudadana y del mismo tamaño, ahora viene la respuesta.
La presencia del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA en la 50ª Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública, es también testimonio palpable del compromiso de la Cuarta Transformación con la seguridad y el bienestar de los tamaulipecos.
El encuentro, bajo la conducción de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, reunió a líderes estatales y federales, como un foro propicio para delinear estrategias que buscan más allá de combatir la violencia con la fuerza pública y la capacidad de fuego, abordar sus raíces y desde ahí construir una paz sólida, duradera.
La presencia activa del Gobernador tamaulipeco en estos espacios, refuerza su rol como un mandatario comprometido, quien entiende que la seguridad es una responsabilidad compartida que requiere la participación de todos.
Allá, la Presidenta hizo hincapié en la necesidad de que los gobernadores asuman un papel protagónico en la seguridad de sus estados, un llamado que VILLARREAL ANAYA ha hecho suyo, al liderar constantemente las reuniones cotidianas de las mesas de seguridad.
Su enfoque en la coordinación y el trabajo conjunto, elevado a planos de ejemplo a seguir fuera del territorio, ha marcado un camino diferente al que hemos visto en el pasado, donde la falta de liderazgo local a menudo ha sido un obstáculo en la lucha contra la inseguridad.
La disposición del Gobernador para estar al frente de estas iniciativas, demuestra una clara intención de transformar la realidad en Tamaulipas, un estado que ha sufrido las consecuencias de la violencia durante demasiado tiempo.
El programa “Senderos de Paz”, anunciado por la Presidenta, es una clara manifestación de la estrategia integral que se está implementando en el país, sobre lo que hay marcados avances en el plano doméstico.
Este programa no solo busca iluminar los municipios más afectados por la violencia, sino que también promueve un entorno seguro, al ofrecer soluciones concretas a los problemas que generan inseguridad.
La visión de un desarrollo urbano integral y la atención a las comunidades más vulnerables, son aspectos fundamentales que están alineados con los principios de la cuarta transformación, buscando generar un cambio estructural en la sociedad.
El Gobernador y la Presidenta, coinciden en que la paz no se construye únicamente con acciones represivas, sino que debe nacer de un compromiso por mejorar las condiciones de vida de las familias.
La educación, el empleo y la dignidad son elementos esenciales que deben ser llevados a cada rincón de Tamaulipas.
Este enfoque humanista y social refuerza la idea de que solo a través de la inclusión y el fortalecimiento del tejido social se podrá erradicar la violencia de manera efectiva y sostenible.
En un contexto donde la inseguridad ha sido un tema recurrente, la colaboración entre el Gobierno federal y el estatal representa un paso firme hacia un futuro más prometedor.
La cuarta transformación se nutre de estas alianzas para avanzar en la construcción de un México en paz, donde la seguridad y el bienestar de los ciudadanos sean la prioridad.
Así, el liderazgo de AMÉRICO se convierte en un faro de esperanza para Tamaulipas que trasciende a sus fronteras, con un llamado general a unirse en la lucha por un entorno más seguro y digno para todos.