Mauricio Zapata
En el proceso electoral de este año si algo ha sobresalido es la difusión de decenas de encuestas.
La verdad, yo ya bloqueé de los algoritmos esa función para que ya no me salgan en las redes sociales ni en páginas de Internet.
Me hartaron.
Sigo sin entender (quizás mi capacidad sea muy corta), en qué consiste la estrategia de difundir resultados tan diferentes según el candidato que sale a la cabeza.
No entiendo por qué en una sale ganador algún aspirante y en otra el que en la anterior iba en segundo lugar, pero como con 800 puntos de diferencia.
Me declaré ya un “Ateo” de las encuestas y sondeos de opinión electoral “si hoy fueran las elecciones”.
Me parece una burla a la inteligencia de los usuarios de las redes en las que les dicen: “yo voy ganando”.
¿Dónde las hacen?
¿En un mitin del candidato favorecido con los acarreados?
Lo peor es que difieren tantísimo de las verdaderas encuestas… esas que son las que no se difunden y que, en realidad, sí miden la opinión para establecer las estrategias de campaña.
Lo único que va a pasar es que, cuando se den a conocer los resultados oficiales de las elecciones, es decir, días después de la jornada, todas esas empresas van a perder la poca credibilidad que tienen.
Insisto: ¿en qué se basa la estrategia de decir que un candidato va a la cabeza en las encuestas?
Están como aquellas en la que destaca un alcalde como el mejor del país. Una empresa dice que tal edil y en otra ni siquiera aparece en la lista de los 20 primeros.
Deberían ya legislar al respecto y poner una regla para establecer condiciones para que dejen usar este tipo de mediciones en campañas políticas para hacer proselitismo.
No. Simplemente no se creen los resultados, son tan variados que en realidad no miden un mecanismo, al contrario, mantienen un camino que no es el de la realidad.
Lo único que hacen es burlarse la de la gente.
EN CINCO PALABRAS.- Ni ellos mismo las creen.
PUNTO FINAL.- “Faltan muchos días, pero cada vez son menos”: Cirilo Stofenamcher.
X: @Mauri_Zapata
